Y sigue la mata dando

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2007-10-27 • Acentos
Poco a poco, los mexicanos estamos perdiendo la capacidad de asombro a causa de los actos de corrupción, abusos, tráfico de influencias y hasta asesinatos que ya caracterizan a las administraciones panistas de todos los niveles de gobierno que parecen no tener fin y tampoco límites.
La clase política y líderes de opinión del país exigen respuestas al alegre anuncio de la Iniciativa Mérida, que sospechan compromete la soberanía y la economía de los mexicanos.
Mientras en forma valiente, Human Rigths Watch denuncia la participación del gobierno federal mexicano y solicita además que si se da dicha acción gubernamental sea sólo a cambio de una fuerte respuesta del gobierno del país del Norte para detener la andanada contra nuestros paisanos migrantes. En México, primero se acepta tácitamente, al callar respecto al asunto, y después se pretende desmentir la acentuada participación ilegal, pues no hay permiso legislativo en dicha operación contra el narcotráfico, que lejos de cualquier beneficio es sólo una estrategia más, burda por cierto, para seguir manipulando la vida de las naciones más pobres de América, que tienen que soportar esa vejación por estar altamente supeditadas en su pingüe desarrollo a los designios del gobierno gringo. Se ha querido desmentir que además de efectivos militares se ha ofrecido 7,500 millones de pesos con argumentos insostenibles y mal planteados, que sólo exhiben la pésima imagen que da al mundo nuestra Cancillería.
Con el reciente accidente de una plataforma petrolera en Campeche y la muerte de cerca de 20 empleados de Pemex, surgen a la luz otra vez los hijastros de Fox, ahora señalados por tener intereses económicos en las empresas subrogatarias que deberían dar mantenimiento a las instalaciones petroleras.
También se dio a conocer que el Ejecutivo federal ya entregó todos los vehículos que tenía en sospechosos comodatos, entre ellos los asignados a las familias Fox y Calderón, que tácitamente reconoce lo comprometida que está su Administración.
En Jalisco, el pueblo se levanta vigorosamente en un unísono reclamo contra el ya famoso placazo, mientras el gobierno insiste en que no reculará, pero ya da muestras de una estrategia en reversa o de atenuación, al proponer facilidades para el pago y reducir sus estimaciones a sólo 900 millones en la captación por ese concepto. Con toda razón los jaliscienses alzan la voz orillando al Ejecutivo a recular y a dar información clara de sus verdaderas intenciones, sobre todo cuando ya se conoce que el próximo año Jalisco tendrá excelentes ingresos adicionales por otras participaciones federales extraordinarias y los reacomodos fiscales que aprobó el Congreso de la Unión.
La necedad de las autoridades y la evidente falta de tacto del secretario de Finanzas han derivado en otra sandez, al pretender bursatilizar deuda con garantía en los futuros ingresos por concepto del impuesto sobre nómina, en un afán injustificado por obtener más recursos siempre con cargo a los contribuyentes.
Una puñalada más es también lo que pretende el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado, que en un descomunal esfuerzo lleno de creatividad encontró en el aumento de las tarifas de agua, de hasta 40 por ciento, la mejor manera de financiar la creación de plazas laborales que crearon para pagar compromisos de campaña, olvidándose de mejoras, cambio o mantenimiento de las instalaciones hidráulicas de la zona metropolitana, que tantas inundaciones y pérdida de vidas han provocado recientemente.
Qué decir de los municipios conurbados, todos gobernados por el PAN, donde en cada uno existen pruebas contundentes, contenidas inclusive en averiguaciones judiciales, de corrupción, amenazas, tráfico de drogas y de influencias, aprobación y modificación indebida de planes parciales de desarrollo, ofensivos incrementos de sueldo, pederastas y más.
En los municipios que no son de extracción panista batallan para promover el desarrollo de sus regiones sin el apoyo del estado ni de la Federación, que por incapacidad deja de ejercer partidas destinadas para servicios de infraestructura vial o, como en el caso de Puerto Vallarta, donde por un capricho de enanos de tercera se pretende pasar por el arco del triunfo al federalismo y despojar del dinero federal y estatal al programa de rehabilitación del centro histórico que emprende su presidente, Javier Bravo, sólo porque se faja los pantalones e impide que lo mangoneen en la administración de los recursos económicos.
Ni la oposición representada en el Congreso del Estado ha querido evidenciar las malas condiciones en que se encuentra la entidad. Son rotundamente mayores las anomalías e irregularidades en que ha incurrido el actual gobierno del estado que las acciones rescatables que no se ven por ningún lado.
Urgen las reacciones como las emprendidas contra el placazo, porque son la única manera de llamar la atención de las autoridades.
salvador@salvadorcosio.org

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