Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2007-11-03 • Acentos
Mucha polémica siguen causando las medidas financieras mediante las cuales el gobierno del estado pretende hacerse de recursos económicos para el próximo año, la propuesta original sugería dos principales fuentes adicionales de ingreso, la bursatilización del impuesto sobre nóminas y la renovación de placas de los más de 2 millones 300 mil vehículos que están registrados en Jalisco.
Como lo había mencionado con antelación en este mismo espacio, ante lo superficial de las ocurrencias, porque no se pueden calificar de otra manera, a Emilio González solo le quedaban dos alternativas u obstinarse y llevar hasta el final su errática propuesta, azuzado claro por sus tres principales asesores a quienes les caracteriza por igual la prepotencia y la intolerancia, quizá porque han venido brincando de cargo en cargo sin que les haya costado el paso por el voto popular que poco les ha importado cuando han tomado decisiones indebidas; o bien recular y aceptar que no tiene idea de lo que haría con ese dinero porque no tiene un plan de trabajo y porque la propuesta fue hecha sobre las rodillas, sin un propósito definido, sin rumbo como ya se sabe que es su estilo de gobernar.
La presión social rechazando las medidas que no dejó de hacerse patente en manifestaciones diarias de todo tipo de organizaciones y ciudadanos quizá fue lo que hizo retroceder al gobernador que irónico, sonriente, serio y de todas las formas posibles había insistido en que la propuesta no tenía retorno o bien encontró a un asesor más sensato que le hizo entrar en razón aunque, si fuera el caso, no sabemos hasta cuando le dure porque como su antecesor Alberto Cárdenas bebeto, de ingratos recuerdos para los jaliscienses, al carecer de capacidad es susceptible de influenciarle tan fácilmente como la facilidad con que abren la boca para emitir la sarta de barbaridades acostumbradas.
La actitud asumida demuestra similitud con la de los perros corrientes que cuando quieren hueso mueven la cola y hacen malabares para ganárselo pero cuando ya lo tienen en su poder, gruñen, ladran y muerden al que osa competirles.
La reversa que se atrevió a darle al tema de las placas ha quedado a medias porque si bien dejó en paz las láminas, enfocó sus baterías en el refrendo que pretende incrementar en 250 pesos lo que en cinco años más harían los 1,250 que pretendía originalmente.
Si bien el cobro, ahora del refrendo, tiene como destinatarios a todos aquellos propietarios de vehículos y por ende quizás quienes pudieran tener un poder adquisitivo mayor, la inconformidad se ha generalizado porque es de todos sabido la incapacidad del gobierno para detener el abuso de las cadenas productivas, comerciales y de servicios que seguramente impactarán el costo en una proporción más elevada, lo que provocará una ola de incrementos que afectarán el ya de por si raquítico poder adquisitivo general.
En otras palabras, no son los 1,250 pesos o los 250 inmediatos, no es eso lo que la ciudadanía rechaza, a lo que se opone es al gasto abusivo e indiscriminado que se hace de los recursos públicos como en Zapopan donde su presidente además de incrementarse el sueldo desproporcionadamente lo hace de manera retroactiva al mes de enero del año en curso en una actitud tan reprobable como ofensiva o por ejemplo la indebida erogación de 67 millones para un evento televisivo de la partida para desastres naturales.
El rechazo también se da porque se opta por las vías más fáciles para acercarse recursos a costa del ciudadano sin considerar otras alternativas que no signifiquen afectarle su ingreso, así como por la ligereza con que se justifica la aplicación de ese dinero con el simple argumento que se utilizará en “proyectos estratégicos”. El ejecutivo no toma en cuenta que el ciudadano común habrá de enfrentar la infaltable cuesta de enero con otros nuevos agregados como el costo de la gasolina, el alza a las cuotas del agua, el gas y otros impuestos, tampoco hace referencia a los ingresos federales programados para Jalisco que en dos años ascenderán a cerca de catorce mil millones de pesos que es la cantidad que ha dicho se requieren para sus proyectos estratégicos, lo cual hace innecesario sangrar al pueblo como lo propone.
Tal parece que algo queda en la mente de Emilio González de aquel famoso alcalde de Lagos que para terminar con un bache aparecido en la plaza principal decidió abrir otro al costado y con esa tierra tapar el primero y así sucesivamente abriendo tantos como fuera necesario para sacar al bache del pueblo. En Jalisco, con el juicio de desafuero a Jorge Vizcarra por delitos graves intentan cubrir el desorden de Tonalá, la ingobernabilidad de Tonalá intenta cubrir las acusaciones contra el Procurador por delitos sexuales, la averiguación de Coronado Olmos pretende cubrir los abusos e inmoralidades de Zapopan, las irregularidades de Zapopan intentan cubrir las anomalías en Guadalajara al modificar indebidamente el uso de suelo y todos los anteriores intentan cubrir el atraco pretendido por el ejecutivo estatal.
salvador@salvadorcosio.org
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