Perrito regañado

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2012-07-28 • Acentos
Si París bien vale una misa, intentar ‘adueñarse’ del PAN bien vale una posible quemada en Guadalajara”, pensaría Felipe Calderón creyéndose Napoleón, a quien sólo podría parecerse en el tamaño físico mas nunca jamás en la grandeza, inteligencia y genialidad del corzo francés.
“La Casa se quemo y sálganse para limpiarla!”, es el destemplado grito que el ensoberbecido Calderón vocifera a los panistas de México al recorrer el país con pretexto de inaugurar pingues obras, pero con el verdadero propósito de reunirse con líderes panistas de las entidades federativas a realizar el recuento de los daños tras la gran debacle panista y tratar de convencerlos que le dejen campo libre y eliminar así a quienes le estorban en su objetivo mesiánico de apropiarse de su partido.
La intención del “mirmidón” es limpiar la casa panista, que la siente propia y sacar a todos aquellos militantes y dirigentes que no concuerdan con su enfermizo deseo de ser nuevamente presidente del Partido Acción Nacional en México, con el doble propósito de gestar la postulación a la Presidencia de la República en la siguiente elección de su esposa Margarita Zavala, además de cumplir la promesa realizada en el lecho de muerte a su padre Don Luis Calderón Vega, al que ofreció cobraría venganza de todas y cada una de las afrentas que este recibió de parte del panismo cuando por ser tan rebelde fue defenestrado.
A costa de los jaliscienses, el miércoles 25 de julio en Casa Jalisco, la residencia oficial del gobernador Emilio González, Calderón se reunión con mayoría de consejeros estatales y los nacionales originarios de Jalisco, planteó “operación escoba” para eliminar lastre en el camino a “la refundación histórica” del PAN.
El panismo está dividido y regatea liderazgo al desprestigiado “enano de tapanco”, a quien no atenderán en su llamado de dejarle limpio el camino, y no aceptaron renunciar a sus cargos de dirigencia para que Calderón designe a quien le allane el camino de elegirse dirigente nacional panista al culminar su nefasta gestión presidencial. Tanto el dirigente nacional Gustavo Madero como el presidente en Jalisco Miguel Monraz “batearon” a Felipito, faltaron al respeto a su investidura y le dijeron abiertamente que no renunciaran a sus cargos y permanecerán hasta que culmine el periodo para el que fueron electos.
Si para Napoleón valió una misa para conquistar París, para Calderón no valió la pena la Quemada en Guadalajara y se tuvo que alejar como un “perrito regañado”.
salvador.cosio@hotmail.com

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