¿Y el informe?

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2008-02-09 • Acentos
Hace unos días el gobernador de Jalisco Emilio González, rindió ante el Congreso del Estado, lo que a su juicio merece ser llamado informe de gobierno.
En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, desfasado y fuera de lugar, en el que se participaron más de 250 agentes policiales bloqueando varias manzanas a la redonda del edificio del Poder Legislativo en pleno centro de la ciudad, los apenas 113 invitados presenciaron el evento después de haber dejado atrás al menos tres exhaustivas y molestas aduanas.
El esquema de logística y seguridad fue por demás desproporcionado, aparatoso, innecesario y molesto para la ciudadanía, quizá porque a los responsables les pareció adecuado ante la serie de manifestaciones previsibles por igual número de conflictos sociales que no ha podido resolver el Ejecutivo. En ese sentido, en realidad se quedaron cortos, es bien sabido que grandes contingentes están molestos con el trabajo del gobernador por lo que tendrían razón para aprovechar la oportunidad y hacérselo ver el día del informe.
El Legislativo y el Ejecutivo, decidieron habilitar el recinto del Congreso como sede del evento, un lugar adecuado si, pero insuficiente para albergar una cantidad mínima de invitados que finalmente ni a eso llegó, estuvieron ausente por falta de invitación, contraviniendo la ley, los magistrados del Supremo Tribunal de Justicia y de los Tribunales Administrativo y Electoral, los Consejeros del Consejo de la Judicatura, muchos presidentes municipales y algunas organizaciones patronales, religiosas, académicas y sociales que por su importancia para la entidad tradicionalmente son invitadas.
Por otra parte, también fueron muchos los que, teniendo invitación, optaron por no acudir, algunos por sentirse ofendidos con las exageradas medidas de seguridad y otros porque definitivamente intuyeron la frivolidad del evento, eso si, los espacios vacíos fueron notorios más aún cuando los diputados federales por Jalisco emanados del partido del gobernador, abandonaron el recinto en señal de protesta y reclamo por los lugares que les asignaron sobretodo porque habiendo dejado de asistir a una importante sesión por adornarle el informe al Ejecutivo no obtuvieron un gesto de reciprocidad de su parte.
Sin embargo, a Emilio González parece no importarle mucho lo que piensen de él sus compañeros de partido o de la oposición, al paso del tiempo, hemos comprobado que rige sus acciones por el provecho que puedan traerle a su imagen, por el populismo puro. Quién no recuerda que al llegar a la presidencia municipal de Guadalajara el gasto en comunicación social se multiplicó estratosféricamente especialmente en pendones, spots de televisión y publicidad en prensa que llevarán su imagen con frases alusivas a sus aspiraciones futuras.
Al llegar a la gubernatura no ha sido distinto, a pesar de la ya por sí misma, desproporcionada partida presupuestal destinada a comunicación social, de inmediato tomó recursos de la partida preventiva para desastres y la destinó al patrocinio de un evento televisivo que le aseguraba ser visto en cadena nacional, luego pagó también con dinero público los gastos de las grabaciones de telenovelas de las dos principales televisoras del país, así como el viaje de algunos periodistas a Colombia.
En su afición populista lo hemos visto en televisión y en los medios escritos vestir la camiseta de las chivas paleando cemento en colonias marginadas o repartiendo dinero a gente de la tercera edad y últimamente con cinismo declarado ha gastado el erario público, tomando como pretexto el informe, en promocionar su imagen violando flagrantemente la Constitución mexicana escudándose en preceptos de una ley secundaria, lo que ha provocado la presentación de denuncias en su contra por delitos de orden federal.
Desenfrenado, como lo es, en el texto central de su mensaje en lugar de informar de resultados, avances o proyectos, ha propuesto dejar atrás el modelo de presentación del informe para que ahora sean cuatro eventos al año en un obvio interés por dar seguimiento a su promoción personal sin importarle que se cuadriplique el gasto y las molestias que sin duda ocasiona a la ciudadanía.
Ante lo superfluo del evento y el insulso contenido, ni los medios, analistas o los propios miembros de su gabinete pudieron dar cuenta de algo relevante que tuviera que informar a los jaliscienses, ha pasado a la historia como el informe en el que no se tuvo nada que informar, un año perdido del que no se apena ni se acongoja.
Lo que pudo haber dicho el gobernador en su informe es porque continúa su gabinete intacto cuando hay señales claras de incompetencia en muchas de las dependencias oficiales de mayor importancia por la materia de responsabilidad como salud, vialidad, gobierno o justicia solo por mencionar algunas.
Lo más grave de todo es que no existe rumbo ni la intención de encontrarlo, al paso que llevamos, los jaliscienses lamentaremos como nunca las de por si malas administraciones panistas.
salvador@salvadorcosio.org

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