Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2011-05-07 • Acentos
La edición 2011 de los Juegos Panamericanos, programada a efectuarse en Jalisco, ha sido accidentada desde su inicio a consecuencia de la descarada voracidad y ánimo de lucro que muchos han interpuesto al interés general de la justa deportiva.
El evento, en teoría un escaparate para mostrar a Jalisco como entorno seguro, moderno, ordenado y capaz de brindar a los atletas, sus familias y visitantes en general, una amplia oferta de servicios entre los que destacan restaurantes, hoteles, centros comerciales, recreativos, culturales, históricos y de esparcimiento, no cumple con dichas premisas porque ni los organizadores ni los gobiernos involucrados han trabajado coordinadamente para ofrecer las ciudades amables y vigorosas que habían prometido.
El gobernador Emilio González Márquez, oportunista como siempre, utiliza la justa deportiva como pretexto para recorrer el país y promover ilegalmente con recursos del erario su imagen personal en eras de un propósito electorero.
Caprichosos, Emilio González y sus socios optaron por lo mercantil y la ganancia ilícita a sabiendas de las múltiples ilegalidades en la edificación de la villa para hospedaje de los atletas.
Sobre las rodillas y con el tiempo encima, González Márquez impulsó la construcción de la famosa Villa en terrenos aledaños al bosque de La Primavera , en la zona El Bajío del Arenal en Zapopan, desdeñando mejores opciones para su desarrollo, como los terrenos de Puerta Guadalajara, el predio de la antigua planta de Pemex en la Nogalera , el solar donde operaba la antigua fábrica de Calzado Canadá o incluso La Curva en Zapopan, donde se edifica un estadio de atletismo para los Juegos Panamericanos.
Hay litigios impulsados desde hace 20 meses para evitar menoscabo al orden ecológico de la zona, nadie está en contra de los Juegos Panamericanos, pero sí en contra de la serie de complicidades y tropelías por la amenaza de ecocidio del lugar por los jugosos intereses económicos que les representa. El problema no son los juegos, sino quienes los organizan.
Recientemente, la autoridad judicial ordenó suspender la edificación por violación flagrante a diversas disposiciones ecológicas y ambientales que ponen en riesgo el equilibrio ecológico de la reserva natural que es zona de recarga de mantos freáticos para la urbe y área de amortiguamiento para el bosque de La Primavera.
Lejos de buscar enmendar las irregularidades, Emilio González Márquez y sus socios constructores pretenden imponerse con su “Villa Emiliana” en los litigios, con los riesgos de que se alarguen y al final de cuentas, pase lo de siempre, nada y sin solución para nadie.
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