Una reforma sin energía

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2008-03-15 • Acentos
Hace unos días estuvo en la ciudad la secretaria de Energía, Georgina Kessel, entre otras actividades se reunió con los consejeros del Consejo Económico y Social de Jalisco, en una sesión de trabajo de la que aún están reflexionando su objeto o utilidad.
Con una imagen y presencia muy poco congruente con el cargo que ostenta, Georgina Kessel se apoyó para su presentación en diapositivas poco creativas y profesionales que se referían a las necesidades económicas de Pemex y a antecedentes y proyectos para su reestructuración.
Con un equipo limitado y poco atentos al auxilio que indudablemente requiere su jefa, no hubo otra cosa en su presentación que requerimientos y necesidades, nada habló de la inoperancias de las actuales instalaciones por falta de mantenimiento, de los robos frecuentes y perdidas por la escasa o nula supervisión, nada se dijo de la serie de contratos ilegales que favorecen a funcionarios y políticos.
La presentación de la secretaria se equiparó con Pemex, desordenada, sin un diagnóstico preciso, sin un objeto definido, porque al final de las diapositivas no hubo más comentarios, a pesar de algunas preguntas a modo de los asistentes, nunca manifestó el propósito de venir a Guadalajara, lo que denota que o bien no está preparada para defender la urgencia de atender la paraestatal o está muy confundida si cree que una reforma energética es sólo buscar más recursos económicos.
La reforma a la que aspiramos la mayoría de los mexicanos, es la que sea capaz de facilitar el aprovechamiento de todos nuestros recursos naturales para satisfacer las necesidades presentes sin comprometer las de las futuras generaciones, las reformas que requerimos son las que aseguren a Petróleos Mexicanos su operación productiva, eficiente, clara y transparente que evite toda sospecha de ser una fábrica de ricos y que la inversión que se le destine le permita ser competitiva internacionalmente, que aporte a los mexicanos no sólo recursos por venta de petróleo crudo, sino también que sea capaz de procesarlo en productos sofisticados y así evitar que lo importemos a precios estratosféricos cuando somos productores de la materia prima.
Para esas reformas se requiere un Congreso de la Unión comprometido con todos los mexicanos y no sólo con sus simpatizantes, se requiere la presencia de los mejores profesionistas encabezando las secretarías del ramo, con habilidades de coordinación y sobretodo con dominio pleno del tema, con capacidad de decisión y que no estén supeditados a los caprichos o intereses de su partido o de sus superiores.
Si la idea de Calderón es darle a su secretaria de Energía la responsabilidad de gestionar y negociar la anunciada y polémica reforma energética, ante la fallida y vergonzante maniobra de colocar a Camilo Mouriño como enlace del gobierno ante el legislativo, definitivamente puede decirle adiós desde ahora a esa posibilidad, como dijera un político de antaño, la caballada esta demasiada flaca.
El secretario que naturalmente y por disposición de ley debería promover la relación entre las diversas fuerzas y actores políticos para lograr consensos que mejoren las condiciones del país, sigue envuelto en una amplia gama de descalificaciones que no ha podido aclarar con contundencia, lo que le quita indudablemente calidad moral y margen de maniobra.
Por otro lado, día a día siguen apareciendo contratos millonarios por servicios a Pemex firmados por Juan Camilo Mouriño como beneficiario siendo funcionario o representante popular ligado a las decisiones nacionales en materia energética, en una clara muestra de incompatibilidad y abuso de poder, más ahora cuando el propio secretario de Gobernación dijo, al tratar de defenderse de las primeras evidencias, que al entrar a la actividad pública para servir al país y los mexicanos había dejado todos sus negocios, que eran muchos, quedando en evidencia que mintió al respecto, que continuó como empresario-funcionario beneficiándose él y su familia.
Si el proyecto de perfilar a Camilo Mouriño como el único operador del gobierno, nació muerto y si los funcionarios del ramo no tienen el perfil mínimo para encabezar la defensa y promoción de las iniciativas de reforma tendrá que ser el propio Calderón que se ha quedado, a penas concluido el primer año del sexenio, sin cuadros para su gabinete.
Al traer a los reflectores a sus amigos más cercanos incorporándolos en cargos que también les permitieran perfilarse para sucederle, Calderón dinamitó los puentes con otros grupos panistas que en virtud de las actuales condiciones ahora necesitará rogar su ayuda y asumir un costo político muy elevado de una apresurada y mala decisión que al taparla con otra similar en una sucesión interminable, ha desestabilizado su gabinete y amenaza con crear ingobernabilidad en el país.
Por lo pronto, los avances que se dieron al lograrse algunas reformas han quedado truncados por falta de interlocución, la reforma energética se quedó sin energía.
salvador@salvadorcosio.org

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