Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2008-03-08 • Acentos
Las últimas semanas se han destacado diversos temas tanto en el ámbito internacional, como en el país, en la entidad y en los municipios que de alguna manera marcan un rumbo incierto por su grado de afectación.
En el vecino país del norte, el proceso electoral que están viviendo es, como nunca, una completa incógnita inclusive para la definición de los candidatos de los dos partidos nacionales.
Por un lado mientras que el presidente Bush continua dejando la popularidad tirada en el piso por su afán bélico sin importarle ni las vidas humanas, el desperdicio de recursos económicos y mucho menos el impacto que tienen sus erráticas acciones en el partido que lo postuló y que se encuentra en aparente desventaja por diversas razones pero principalmente debido a su polémica gestión gubernamental, en el otro partido cualquiera de los dos más fuertes aspirantes a la candidatura que lograra el triunfo, marcaría un nuevo precedente. En principio la señora Clinton se convertiría en la primera mujer candidata con amplias posibilidades de llegar a la Casa Blanca cosa que no ha sucedido jamás. Por el mismo partido el político de color Obama se ha apropiado de la punta en las encuestas y de seguir así podría constituirse como el primer candidato a la presidencia de origen afroamericano.
El sistema electoral estadunidense aún con todas las alabanzas que de él hacen es imperfecto y facilita la posibilidad de triunfo a un candidato aunque no hubiera ganado la mayoría de votos, como sucedió con el propio George W. Bush, cuando habiendo obtenido menor número de votos globales, se le declaró presidente por haber obtenido el triunfo en un mayor número de distritos. Derivado de lo anterior John McCain, ya virtualmente con la candidatura republicana en la bolsa, pudiera llevarse la victoria en la elección venidera al ser un reconocido y auténtico héroe de guerra con una imagen impecable y una simpatía natural que por cierto, tuve la oportunidad de constatar personalmente cuando él siendo gobernador del estado de Arizona y yo investigador para un centro de estudios multinacional, nos entrevistamos en sus oficinas expresando con contundencia sus sólidas convicciones ideológicas.
También en el espacio internacional tuvimos conocimiento del conflicto diplomático que ha generado la incursión de tropas aéreas y terrestres del Ejercito de Colombia en territorio ecuatoriano para bombardear campamentos de una organización paramilitar que tiene muchos años combatiendo en la clandestinidad con lo que violaron la soberanía de Ecuador país que ha emprendido un fuerte y sostenido reclamo ante todo tipo de organizaciones internacionales manteniendo la amenaza de utilizar sus armas contra Colombia. Actos a los que se ha sumado Venezuela, otro país colindante con los dos del conflicto aunque al parecer sólo busca lograr espacios en los medios de comunicación para su presidente Hugo Chávez.
Otro tipo de violencia es la que también se está viviendo en nuestro país pero de carácter político en el que se ha visto envuelto el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño a quien se le ha señalado principalmente en dos sentidos: el primero que tiene que ver con el trafico de influencias y haber hecho uso irregular de sus facultades como funcionario público y representante popular para favorecer con la firma de contratos muy costosos con Pemex, a su familia y a su propia empresa; el segundo con la dudosa acreditación de su nacionalidad mexicana que de ser comprobadas las acusaciones le impedirían seguir en el cargo.
Felipe Calderón se equivocó al nombrar a Mouriño, así lo dijimos en colaboraciones anteriores, porque echar mano de su más allegado colaborador apenas iniciando el sexenio, implica con claridad que al no tener en su partido cuadros con las capacidades para el puesto, lo único que podía hacer es exponer anticipadamente a su prospecto a sucederle, aún conociendo que no tenía el perfil suficiente y que jurídicamente era muy vulnerable. A Calderón le ganó su coraje cuando despidió abruptamente a Ramírez Acuña sin tener siquiera en mente quien pudiera sucederle.
Mouriño como se dice en el boxeo, no ha metido ni las manos, intentó justificarse en que ha hecho un gran sacrificio personal y económico para ser funcionario federal y servir al país pero jamás negó haber firmado contratos irregularmente, tampoco ha presentado pruebas de descargo ante las dudas sobre su nacionalidad.
Serias dudas también se vienen dando en cuanto al destino de los tonaltecas, aquí en la zona metropolitana, que tienen en su cuerpo de gobierno muy pocas esperanzas de mejora y del que al parecer de todos no se hace uno. Ilegalmente han sombrado presidentes a diestra y siniestra llegando a contar actualmente con tres que se dicen y trabajan como tales. Ante la inoperancia e ingobernabilidad manifiesta se ha tardado en intervenir el Congreso que salvo honrosas excepciones han preferido dejarle al Partido Acción Nacional que haga y deshaga con las autoridades del municipio.
salvador@salvadorcosio.org
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