Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2010-12-18 • Acentos
En medio de los festejos decembrinos, cuando lo normal es la alegría de convivir, festejar con ponche y romper las tradicionales piñatas, el gobierno federal decidió partirnos la piñata en la cabeza, aumentando el artero gasolinazo, pretendiendo aumentar hasta en 4 pesos el kilo de tortilla y otros productos básicos. ¿Será la política anti-obesidad para que el pueblo camine más, coma menos, pero siga tragando PAN?
Nos están jodiendo y pegando; antes, el consuelo de los más desprotegidos era que mientras hubiera frijoles y tortillas lo demás tenía remedio, -ahora ni para frijoles, ni tortillas alcanza- ¿Qué quieren que hagamos, que nos chupemos los dedos?
Sordos, ciegos y testarudos, los gobernantes de todos los niveles y partidos no mueven un dedo en beneficio de la gente, siguen dándonos de piñatazos y todo es más de lo mismo: discursos, exhortos, firmas de acuerdos, reuniones, evaluaciones, desplegados en medios, ¿y con eso qué?, ¿Ya se soluciona todo?, ¿Qué fácil no?, viviríamos en Jauja, pero, ¡oh sorpresa! vivimos en México, donde ya se han oficializado 30 mil muertos, 28 millones de pobres en grado extremo, salarios mínimos de miseria, últimos lugares de aprovechamiento académico y los primeros sitios en corrupción, impunidad e inseguridad.
De seguir así, pronto veremos a la gente salir desesperada a robar los supermercados para poder comer o dedicarse a la “delincuencia obligatoria”, -como muchos lo hacen ya-, o mínimo auto defendiéndose para evitar ser atracados.
La amenaza del SIAPA de hacer cortes de agua es otro piñatazo, es inmoral, ilegal e inhumano, cuando lo que deberían hacer para sanear sus finanzas es correr a la bola de inútiles burócratas que apenas cumplen un horario y son una carga para el erario. ¿Por qué sacrificar a la gente?
Es inadmisible que legisladores federales y locales, -ni siquiera los que se definen de “oposición”-, no tengan los cojones para alzar la voz y tratar de frenar las alzas de los productos e insumos, ¿qué hacen entonces?, ¿Cuál es su papel?, ¿A quién representan?; son sólo comparsas y cínicos cómplices de los que con saña nos siguen dando de piñatazos.
Es no tener abuela, mucho menos madre, que la aprobación de los presupuestos sea moneda de cambio ajustada a los intereses del Legislativo y Ejecutivo; es pugna y politiquería barata, muy lejos de lo que los ciudadanos esperan de los que dicen ser “sus representantes”.
Mientras los pseudo-políticos y los que nos desgobiernan se pelean por gastarse el dinero de todos, el país sigue a sangre y fuego, arde Michoacán, siguen los ataques y ejecuciones en Guerrero, Nuevo León, Jalisco, Sinaloa, Chihuahua, Durango, Oaxaca y Tamaulipas; pero dice el Secretario de Seguridad Nacional que “México es nación de héroes y que vamos ganando la guerra”, ¡no sólo están ciegos y sordos, también tienen daño cerebral!
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