Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2011-01-01 • Acentos
2010 fue para todos el año del miedo, de vivir a sangre y fuego entre balazos y granadazos, crimen e inseguridad, frente a la incompetencia de gobiernos y gobernantes fracasados, rebasados, ciegos, sordos y mudos. Fue el año de la impunidad, de la corrupción, de los títeres y gigantes, de las filtraciones y cablegates al más alto nivel, de las licitaciones mañosas, de los pleítos entre el gobierno estatal y la Universidad de Guadalajara, de los sospechosos viajes a Las Vegas, de los encuerados y mentirosos, de los presupuestos en pugna y piñatazos en la cabeza.
Todavía al final hubo enlodados cochupos que dieron patadas de ahogado para intentar salpicar a quienes les restriegan sus verdades en la cara. Simplemente escupieron hacia arriba.
Hoy inicia un año del cual sólo puede predecirse incertidumbre pues arrastra las consecuencias de lo acontecido en el recién fenecido. Sin embargo como cada nuevo año, también alberga la esperanza de que por lo menos no sea igual al que acaba de “estirar la pata”.
Entre los restos y la desolación que ha dejado el 2010 hay poco que destacar como nuestra Miss Universo mexicana y orgullosamente jalisciense, también la conmemoración del bicentenario de la independencia y el centenario de la revolución, festejos sin embargo opacados bajo la sombra del dispendio y la dilapidación de más de 3 mil millones de pesos; la pregunta que sigue en el aire es si tenemos algo que festejar.
Causó expectativa el mundial de futbol Sudáfrica 2010 que por momentos paralizó la cotidianeidad del país, pero al final el amargo sabor de la derrota, la falta de compromiso y el conformismo de los seleccionados, entrenadores y dirigentes nos regresaron a la triste realidad. Lo mejor del mundial fue el pulpo Paul, -quien también se nos fue con este año-. Sobresalió Shakira quien a ritmo de sus curvas nos puso a bailar el waka waka.
Un duro golpe fue la radicalización de las prácticas racistas y anti inmigrantes del vecino país del norte, quien con la conocida “Ley Arizona” puso a temblar a los mexicanos indocumentados, al darle facultades a la policía para detener e interrogar a cualquiera que tenga rasgos latinos. Pero acá en San Juan también hace aire, porque el gobierno federal poco ha hecho por respetar los derechos de los indocumentados; en el último tramo del año se registró una masacre de 72 centroamericanos que aún esta impune.
Uno de los muchos sucesos polémicos de 2010 fue el cuestionadísimo desaparecimiento y muerte de la niña Paulette sin que a la fecha haya explicación ni culpables. Y que decir “del milagro del Jefe Diego”, donde lo tendrían escondido?, debajo de otra cama?, que bueno que apareció pero que rara liberación.
Lo mejor del 2010 es que ya termino a pesar de haber pataleado hasta el final. Ojala 2011 sea el año en que la sociedad organizada exija que los gobiernos concreten las promesas que no han podido cumplir.
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