Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2011-04-02 • Acentos
Réquiem para el frustrado negocio de la Vía Exprés con el que se frotaban las manos el gobernador Emilio González Márquez y “el hombre que por donde pasa genera” ¿progreso? De luto están y no porque se haya perdido la posibilidad de atravesar en breve tiempo la ciudad sobre un paso elevado de cuota, sino por los millones que inmoralmente pretendían acaudalar y que ahora no verán.
Réquiem para un sistema integral de movilidad urbana que sólo se redujo el malparido Macrobús, su errada implementación, pésimo diseño, operatividad y funcionalismo, proyecto orquestado y ejecutado por las mismas testas que han buscado con dinero público recaudar jugosas ganancias privadas.
Réquiem a la obra pública en Jalisco, al mejoramiento de la infraestructura urbana, al ordenamiento de la ciudad, al equipamiento, impulso y desarrollo del estado a través del ejercicio y acción de obras nuevas.
Réquiem a una ciudad segura, vigilada, que ofrezca confianza y garantías para poder transitar sus calles y acudir a centros laborales, de negocios, educativos o recreativos sin sentir miedo de perder la vida o resultar afectado en integridad o patrimonio por un hecho vandálico o criminal.
Réquiem a las esperanzas, expectativas y añoranzas de una sociedad que se convulsiona entre las patas de los politiqueros de corta visión y enano entendimiento que no atinan a ver más allá de sus intereses personales y caprichosas aspiraciones.
Réquiem por la justicia a escala nacional, por su procuración y el cumplimiento al mandato constitucional; un personaje se va entre sombras y dudas, sin explicaciones y sin respuestas y llega, como ha sido la tónica del gobierno federal, relevo de segunda, sin credibilidad social y sin prestigio alguno.
Réquiem a la posibilidad de contar en Jalisco, con una urbe a la altura de sus ciudadanos, segura, moderna, pujante, en desarrollo y que ofrezca al visitante –como será el caso de quienes vengan a los Juegos Panamericanos– no sólo la calidez de su gente, sino todas las condiciones que les permitan gozar una agradable estancia, que los motive a regresar y recomendarla a otros viajeros.
Lo que tenemos es una ciudad paralizada por los caprichos y falta de entendimiento de sus gobernantes, una metrópoli desquiciada y constreñida por el tráfico vehicular, desquebrajada en su inmobiliario urbano, carente de servicios y oferta turística y vulnerada por la incapacidad de todo orden de gobierno para garantizar condiciones mínimas de seguridad.
Réquiem por México, Jalisco y Guadalajara que son rehenes de la mezquindad de regímenes retrógrados e ignorantes que con su desgobierno sólo han logrado sepultar el seguimiento y continuidad a obras y proyectos que visionarios estadistas iniciaron y planearon en otro tiempo para construir un mejor país, estado y ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario