¿Relanzamiento?

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2008-05-10 • Acentos
Los flamantes coordinadores del gabinete de Emilio González Márquez, se empeñan en generar en la opinión pública un panorama a modo para “relanzar” al gobernador del estado y comenzar a difundir exhaustivamente los logros de su administración.
Es claro que los asesores del Ejecutivo no terminan de asimilar que fueron contratados para atender asuntos relacionados con la actividad del gobierno, para prestar un servicio público, para cumplir los mandatos de los mandantes que son todos los jaliscienses hayan o no votado por el partido del gobernador. Todavía no se enteran que Jalisco no es una empresa privada en la que haya que diseñar prototipos y preparar estudios de mercado o de impacto para el lanzamiento o relanzamiento de un producto; todavía no se dan cuenta que lo único que se requiere de un servidor público es honradez, ecuanimidad, capacidad, conciencia ciudadana y especialmente vocación por servir a la ciudadanía.
La publicitada estrategia de relanzamiento pudiera ser útil como herramienta para hacerle entender a Emilio González qué es lo que se espera de él, cómo sería la forma en que debe conducirse con la gente, cual es la importancia del cargo que ocupa y un gran número de ventajas más, pero hacernos participes a los jaliscienses de esos planes es como intentar justificar burda y públicamente el sueldo que ellos perciben y además que colaboremos todos en explicarle a uno sólo qué hacer y cómo hacer las cosas cuando se vendió electoralmente en campaña como el indicado para manejar los destinos del estado.
Siguiendo el esquema que están planteando ahora los súper asesores, no es más que una aceptación tácita de la muy limitada capacidad que tiene para el cargo Emilio González, resulta obvio que si requieren de una amplia y costosa campaña mediática para tratar de corregir los graves errores que ha cometido hasta ahora, más cara y larga será la estrategia para enseñarle a gobernar, tarea que tampoco garantiza resultados para la gente porque del perfil de sus cercanos consejeros no podemos esperar grandes cosas y del alumno menos aún ya que al cabo de trece meses en el puesto no ha mostrado el más mínimo avance.
Al paso que vamos, podrá terminar el sexenio y el Ejecutivo seguirá empeñado en su visión declarada que por haber sido electo puede hacer de los recursos públicos lo que se le antoje, sin importarle la opinión de miles y miles de jaliscienses que no están de acuerdo con su proceder y sus actitudes.
Todavía hace unos días al “reaparecer públicamente” como lo anuncian sus estrategas —¿que no es su trabajo?— siguió empeñado en continuar con los donativos millonarios que ahora les llama “inversiones” a pesar de estar en revisión ya por la Auditoría Superior de la Federación tanto la partida de origen del recurso donado como su legalidad. Al margen de lo anterior, en encuestas de diferentes medios la ciudadanía del estado y del país, ya expresó su rechazo a la acción gubernamental, aún los que se reconocieron católicos están en contra de este tipo de erogaciones, públicamente muchos han mostrado su malestar e indignación y lo único que han recibido a cambio es una lista de selectas y ofensivas groserías.
La reacción ciudadana ante el intento por cobrarle arbitrariamente placas nuevas así como por los recientes donativos no puede ignorarse y hacer como que no ha pasado nada, no sólo por interés electoral sino por elemental congruencia alguien debiera abrirle los ojos al gobernador, alguien debe informarle que los graves conflictos ciudadanos que se han dado en Oaxaca o Chiapas han sido en gran parte derivadas de la prepotencia y cinismo de sus gobernantes. Alguien debe hacerle entender que a nadie conviene un clima de enfrentamiento, de mentadas y descalificativos que sólo demeritan fuertemente la institución gubernamental.
Es posible que los ciudadanos jaliscienses tengamos algo de responsabilidad en las actitudes de nuestros gobernantes, especialmente si consideramos que con nuestro voto los elegimos, así al serle favorable la confianza en las urnas a Alberto Cárdenas, accedió al gobierno del estado alguien con un perfil académico, social y político bastante inadecuado y a partir de ello, muchos pero muchos han considerado la posibilidad de ser candidatos sin tener la capacidad y los partidos políticos han tenido también la osadía de pagar con candidaturas algunos favores recibidos sin considerar los daños que provocan a la noble actividad política.
Aún es tiempo que podamos sobrellevar lo que queda de este sexenio retrograda, el próximo año tendremos elecciones intermedias para renovar presidencias municipales y el Congreso del Estado, esa será la oportunidad para darle a Jalisco una auténtica división de poderes con un Poder Legislativo que no sea comparsa y cómplice de las anomalías y caprichos del Ejecutivo, con municipios realmente autónomos y protagonistas que reclamen la aplicación de recursos públicos en servicios de utilización mayoritaria y que exijan la reorientación social del gasto.
salvador@salvadorcosio.org

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