Manzano caído del árbol podrido

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2008-05-17 • Acentos
Se veía venir; la salida del hoy ex secretario de Finanzas del gobierno del Estado, Óscar García Manzano, era casi inminente tras los descalabros y las muy desafortunadas decisiones unilaterales de Emilio González para manejar los recursos del erario publico como si fueran parte de su chequera personal.
Emilio se ha equivocado sin duda en muchos rubros de la administración pública, sin embargo, los relacionados con el dinero que es de los jaliscienses, no tiene comparación, desde su pretensión fallida de querer recaudar a través del incremento de impuestos el dinero que entra a las arcas publicas, sacrificando el bolsillo, como siempre, de los más desprotegidos, le ocasionó un grave detrimento en su capital político. Ahora sabemos para qué quería Emilio más recaudación, no para obras prioritarias, ni para invertir en infraestructura, mucho menos para solucionar con acciones reales y concretas los problemas con los que a diario lidian los jaliscienses; sino para descoserse la boca al tenor de unos tequilas y recordarnos que él hace con el dinero de Jalisco simplemente lo que se le da la gana, por eso ha sido tan complaciente con las cadenas televisoras, con selectos grupos de empresarios y claro, cómo olvidarlo, con la Iglesia católica, de quien Emilio espera redima sus pecados para ir al cielo.
Entonces ante tanto despilfarro, frente a tanta necesidad; ante tanta torpeza frente a la expectativa de los ciudadanos para que los “gobiernos del cambio” fueran mejores que los anteriores y ante el desencanto por no haber sido así, no queda de otra de buscar culpables y cortar cabezas; y sobre todo con esta moda de las “reingenierías” y de los “relanzamientos” que no son tal cosa, sino intentos muy desesperaros por frenar la caída libre tanto de Emilio como del PAN.
Así pues, con este despido disfrazado como siempre de “renuncia”, Emilio reconoce y hace evidente lo que ya sabíamos, que asesorado por quienes manejan sus decisiones y controlan todo en él, abusó de sus facultades discrecionales para hacer de las finanzas publicas, su cuenta personal. No en balde el propio ex secretario ha dejado entre ver que su salida obedece a la incompatibilidad de criterios que tiene con Herbert Taylor, principal orquestador de todo lo que dice y hace Emilio González.
Algunas lecturas sugieren que Manzano no estuvo nunca de acuerdo a los manejos irracionales de los dineros públicos, o que se cansó de andar viendo como justificar los excesos de su jefe, por lo que la relación se deterioró, motivando que Emilio o quien decide por él, haya determinado su cese.
Óscar García Manzano se ha significado por sus importantes aportaciones económicas en las campañas políticas de los panistas; queda claro que durante la campaña de Emilio, García Manzano aportó algo más que su opinión y su presencia física, lo que le permitió recorrer sin preocupación la geografía del estado y emprender una campaña sucia, con alto contenido mediático y por consecuencia, con altos costos. La salida del ex secretario, se da en el contexto de algo que parece preocupar mucho a los panistas, su imagen, esa que Emilio mandó por los suelos con su florido vocabulario.
Manzano, no ha de ser una “pera en dulce”, sin embargo su remoción parece ser la punta de un iceberg en el que nada sería sorpresa en el gabinete estatal si ocurriera lo que es natural en los árboles que se empiezan a podrir, que sus frutos caigan.
salvador@salvadorcosio.org

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