Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2009-09-19 • Acentos
Bien dicen que desde que se inventaron los pretextos, se acabaron los ilusos; ahora resulta que a causa de la recesión económica mundial, es que tenemos todos los males habidos y por haber.
Que fácil es decir que los recortes presupuestales son obligados por una emergencia económica, que la falta de recursos para inversión en obras y proyectos es consecuencia de lo mismo, mientras que en realidad la ausencia de una adecuada conducción financiera es la que ha propiciado la mayoría de los problemas que hoy enfrentamos.
Los paliativos que el gobierno federal ha emprendido, no son ni siquiera los necesarios para encauzar el rumbo del crecimiento y desarrollo que hemos perdido en estos últimos dos sexenios, mucho menos los suficientes para enfrentar una crisis global con la pericia adecuada para no mermar de más nuestra eficiencia productiva.
Nunca hemos negado que si bien es cierto, las turbulencias económicas han sido severas, también es verdad que los encargados de las políticas macro y micro económicas han dejado mucho que desear, en toda crisis existe la posibilidad de encontrar nuevas oportunidades y aquí ha pasado todo lo contrario.
Tapar hoyos abriendo más, es la estrategia del gabinete calderonista, donde la práctica de evidenciar con improvisación se ha hecho una inaceptable costumbre.
La tan llevada y traída reingeniería gubernamental que se ha reducido a meros cambios de titulares en algunas secretarías de estado y en la fusión de otras, no son suficientes para impulsar el desempeño y eficacia de un gabinete gris, ineficiente y poco productivo.
Pero así como existen evidentes hoyos económicos que han superado la capacidad gubernamental, también existen otros no menos importantes y peligrosos, pero sí más cercanos a la cotidianeidad de los tapatíos: las escasas lluvias que han azotado la zona metropolitana han dejado al descubierto algunos socavones en las confluencias de transitadas avenidas que ponen una vez más de manifiesto que la obra pública jalisciense en mala, cara y tardada.
Problemas como los acontecidos en el túnel vehicular de avenida Las Rosas, con el colapso de un colector que incrementó en varios millones el costo original de la obra, se repiten ahora en diversos puntos de la ciudad causando molestias, peligro y un considerable costo a cargo del erario de los jaliscienses.
Se trata de obras que no fueron proyectadas, ni ejecutadas con profesionalismo ni dedicación, que tuvieron un costo estimado y que ahora se incrementa considerablemente con las reparaciones en detrimento de otras obras que podrían realizarse con los mismos recursos.
Hace falta una mano dura en la Contraloría y Procuraduría del Estado, para investigar a fondo las razones y motivos por los que obras ejecutadas recientemente adolecen de la calidad requerida para su eficiente utilidad.
Responsables debe haber, proyectistas, ejecutores, consultores o el propio titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano, cuando esas obras fueron realizadas.
Que se investigue y se exijan cuentas a los responsables, de lo contrario la complicidad e impunidad seguirán encubriendo a personajes que en vez de castigar premian con la adjudicación de licitaciones para remodelar avenidas como ocurrió en el corredor de Chapultepec.
Otra vez la burra al trigo, ¿dónde están las acciones responsables? Si los hechos gritan que a escala federal, estatal y municipal la consigna es la misma, gobernantes malos y caros igual que las obras que en vez de servir, terminan por perjudicar.
salvador@salvadorcosio.org
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