Ni ruido, ni nueces

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2007-12-08 • Acentos
Dado a como somos los mexicanos a utilizar refranes y dichos populares para ilustrar más ágil y sucintamente nuestras opiniones, hemos usado en muchas ocasiones la frase “mucho ruido y pocas nueces” para expresar la desilusión de un proyecto cuando al ejecutarlo no llenó las expectativas que generó.
En la presentación que hace unos días hiciera el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, del Plan Estatal de Desarrollo Jalisco 2030, pudiera pensarse por el extralimitado título del documento, que hubiera generado mucho “ruido” y sin embargo el evento en sí mismo no tuvo la respuesta ni el interés de la ciudadanía.
Al evento, terminaron acudiendo representantes de los representantes y según los reportes periodísticos hubo de echar mano de la burocracia que teniendo cercanía con la sede del evento, medio completaron el aforo del Teatro Degollado que por supuesto le quedó grande a la presentación.
El Plan Estatal de Desarrollo, habrá de recordarse, es una obligación que la ley impone a los distintos niveles de gobierno, es decir, no es una estrategia unilateral ni iniciativa brillante de algún funcionario, sin embargo, la norma también establece un termino para darlo a conocer a la sociedad por los distintos medios, en el caso de nuestro estado, sobra decir que esta completamente fuera de tiempo.
González Márquez está por cumplir un año en el gobierno, lleva ya muchos meses ejerciendo un presupuesto sin rumbo ni destino definido, las razones han sido señaladas por los analistas, no tiene asesores capacitados, especializados en las diferentes materias, la integración de su gabinete ha sido integrado por compromisos partidistas y empresariales y ello ha provocado una gran desilusión social.
El gobernador aseguró que el Plan Estatal de Desarrollo será la guía en cada uno de sus pasos y acciones de su administración, falta entonces que nos diga cómo le ha hecho en este tiempo que tiene de haber asumido el cargo porque está claro que si su propósito fuera mantener en el atraso al estado, lo ha logrado.
El documento presentado debería contar con la participación en cuanto a su elaboración con los distintitos sectores productivos, académicos, organizaciones sociales, grupos y líderes organizados, cámaras, sindicatos, además de las distintas fuerzas políticas de la entidad a fin de darle por un lado la legitimidad que requiere para que sea lograble, y por otro para partir de un diagnóstico más certero venido de quienes día a día afrontan sus propias condiciones y a juzgar por la limitada capacidad de convocatoria o no tiene el acuerdo de las mayorías o fue elaborado sobre las rodillas.
Basta mirar alrededor para darnos cuenta de la deplorable infraestructura que tenemos, de las grandes carencias de los gobernados que se pueden palpar con claridad y las sufrimos por la falta de una planeación adecuada, por la ausencia de sensibilidad de las políticas oficiales que parecen ir en sentido contrario al interés de la sociedad.
Partiendo de los resultados obtenidos hasta la fecha por la administración de González Márquez, poco, muy poco, podemos esperar, sobre todo cuando en estos primeros meses ha dado prioridad a la puesta en marcha de diversas oficinas de nueva creación integradas a su gabinete, por cierto violando la ley, de las que una de ellas tendría el objetivo de crear una “gran alianza” y que ha venido a ser un rotundo fracaso porque no logra incorporar a los jaliscienses en un sólo proyecto al ser tan evidentes sus propósitos electorales.
A nadie queda duda que el gobernador debe comenzar por definir concretamente lo que quiere lograr y sobre todo que de verdad piense en el beneficio de los jaliscienses en lugar de apostarle, como hasta ahora, a su futuro partidista electoral montando campañas publicitarias caras e ineficientes más ahora que la ley le prohibirá utilizar los recurso públicos para ello.
Este cambio de planes personales obligado quizá también lo incorporó al Plan Estatal de Desarrollo, si fuera así, nos dejaría un poco más tranquilos porque está claro que no es capaz de seguir un esquema consensado, que sus acciones las basa en la ocurrencia o conveniencia inmediata y no en un plan integral de desarrollo.
Con el gobierno que tenemos, no le espera lo mejor, González Márquez ha tenido un mal comienzo y ha planeado una serie de ideas sin consenso ni convocatoria y para sacar al estado del marasmo en que se encuentra se requiere la participación de todos y un liderazgo auténtico que a él no se le da.
Por el ineficiente desempeño mostrado hasta el momento, por la escasa confianza ciudadana que le fue mostrada en la presentación del plan de desarrollo y por la poca capacidad para acercarse de especialistas en las diversas materias, además de la nula habilidad para gobernar la entidad, no es posible pensar en que si bien no hubo ruido pudiera por ello haber nueces, de manera que ni mucho ruido ni tampoco nueces.
salvador@salvadorcosio.org

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