Mono de seda

Fuente Ovejuna| Salvador Cosío Gaona

Cínico como es, Emilio González Márquez sigue abusando y derrochando impunemente el dinero del pueblo, promoviendo inmoral e ilegalmente su falsa imagen de gobernante exitoso que nadie cree, mientras el Estado arde y se consume entre fuego y sangre.
A los jaliscienses nos provoca asco el desmesurado dispendio de recursos públicos con que González Márquez paga las insultantes mentiras que anuncia en sus promocionales burlándose de las tristes circunstancias en que su desgobierno ha hundido a miles de ciudadanos.
El IFE resolvió tajantemente que Emilio González violó la Constitución General y las leyes que juró cumplir y hacer cumplir, que no fueron 90 millones de pesos, -cantidad de por sí lesiva-, sino 150 los que descaradamente desvió del erario en su pretencioso capricho de aspirar a la postulación por la Presidencia de la República, impulsado por el ala más radical del PAN, la ultraderecha representada por “El Yunque”.
A Emilio González Márquez, Jalisco y los problemas de la gente le valen madre, el gobernador prefiere promover “tope en lo que tope” una ambición personal que lo ciega y mantiene como el mono que aunque se vista de seda, mono se queda.
Emilio es un irresponsable que sistemáticamente violenta las normas jurídicas e impone vetos a todo lo que no se ajusta a sus indiscriminados caprichos personales y distorsionada realidad.
Es un retrógrado absolutista que alimenta su ego con autoalabanzas compradas para satisfacer su proclive trastorno de personalidad y gusta de protagonizar actos volubles y arrebatados en aras de buscar ganancia para sus mezquinos propósitos electoreros.
Aunque el IFE da la razón a las organizaciones que promovieron queja ante la ilegal promoción del gobernador, y con ello se fortalezca la demanda penal por peculado incoada ante la PRG y el juicio político planteado en su contra, continuará la batalla legal ante el Trife para que sea el IFE quien lo sancione y no como se acordó al dar vista a la Auditoría y Contraloría estatales.
La sociedad está convencida de que ni la Auditoría Superior de Jalisco, ni la Contraloría estatal, pueden realizar formal investigación, por ser instituciones carentes de credibilidad e incapaces de llevar a cabo eficaz inspección, vigilancia y observación de la cuenta pública estatal, para resolver en estricto sentido técnico, y se prestarían para que con toda impunidad le sigan solapando sus desfachatadas irregularidades.
Emilio González Márquez es un cobarde que se niega a dar la cara para explicar a los jaliscienses el dispendio y dilapidación de ofensivas cantidades de dinero que se han destinado a ilegal promoción, caprichos y pago de lealtades.
Hay hartazgo social y unánime rechazo a que entre cómplices y coludidos se cuiden las espaldas, la exigencia ciudadana es terminar con la impunidad y que prevalezca el Estado de derecho, que se cumpla la ley a cabalidad y se sancione con todo su rigor a quienes como Emilio González Márquez hayan incurrido en ilegalidad.

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