Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2008-11-15 • Acentos
Dios los cría y ellos se juntan. ¿Cómo olvidar que Claudio Sáinz y Alfonso Petersen fueron compañeros en el sexenio anterior? Alguna amistad debieron conservar. Y es que las casualidades no existen, no al menos en temas que tienen que ver con procesos de licitación para adjudicar obra pública. No hace falta mucha imaginación para pensar que no hubo transparencia ni equidad en el concurso asignado a Sáinz por el ayuntamiento tapatío.
Las cartas de presentación del arquitecto dejan mucho que desear. Durante su accidentada gestión en la Sedeur nos dejó muy claro que lo suyo no es precisamente la construcción; su tránsito por esa secretaría fue caracterizado por la deficiente planeación y mala ejecución de vialidades, colectores y pasos a desnivel, donde la constante fue el derroche de recursos en obras tardadas y malhechas y que a la fecha se les han tenido que hacer una serie de adecuaciones y reparaciones en perjuicio del dinero de los jaliscienses.
El alcalde se equivoca cuando trata de justificar a Sáinz con el argumento de que no ha sido inhabilitado por la Contraloría para desempeñar su profesión, no obstante que es del dominio público la existencia de serias irregularidades en casi todas las obras en las que ha tenido algo que ver.
Es insostenible el primer argumento de las autoridades tapatías cuando, por no encontrar mejor justificación, arguyeron desconocer a los propietarios o socios de las empresas que participaron en la licitación para la renovación de la avenida Chapultepec.
Sorprendidos sí, pero por las reacciones de la opinión pública, que cuestiona, señala y desaprueba la actuación del ayuntamiento. No tiene Sáinz autoridad moral para presentarse como un referente en cuanto a eficiencia, confiabilidad y calidad.
¿En manos de quién deja la autoridad municipal la remodelación de Chapultepec? ¿Del secretario de Terrorismo Urbano? Mote que le adjudicó la ciudadanía en franca alusión a su ejercicio como funcionario público, cuando de seguro existen en Jalisco firmas capaces para desarrollar y ejecutar el proyecto en mejores condiciones y circunstancias.
Que no nos quieran ver la cara, detrás de esta polémica existe algo más que una “casualidad”. Por lo pronto lo que no ha hecho el ayuntamiento lo han logrado las agrupaciones de ciudadanos, por lo que la Secretaría de la Función Pública ya abrió una investigación a fin de esclarecer la adjudicación.
Los gobiernos panistas de Jalisco nos han demostrado que de honestos no tienen nada, al contrario, maquillan los procesos, engañan a la sociedad pero al final sus propios errores los ponen en evidencia. La sociedad hoy en día no se guarda nada y en su momento cobrará las facturas que tiene pendientes.
salvador@salvadorcosio.org
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