Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2008-04-19 • Acentos
Leones por corderos es el título de una película recientemente proyectada en la que se resume la doble cara con la que se presentan algunas personas, una de ellas para lograr la posición que les permita mostrar la otra, la verdadera, la voraz.
Así, con esas características se presentó a los ciudadanos en campaña Emilio González Márquez desde sus aspiraciones a presidente municipal, con una imagen de inocencia, de pulcritud, de honestidad que muy poco tiempo conservó porque una vez accediendo al poder le afloró el otro rostro, el del despilfarrador de los dineros públicos para favorecer sus aspiraciones políticas, el de las compras sospechosas y amañadas desde vehículos, despensas y transvales hasta zapatos y pantalones.
Una vez gastado más del doble del presupuesto asignado para publicidad y difusión en el ayuntamiento, se postuló como candidato a la gubernatura, dejando de lado la promesa que hizo a los tapatíos de terminar el periodo completo de presidente municipal de Guadalajara antes de aspirar a otro cargo público.
Como candidato al gobierno de Jalisco, Emilio González regresó a su disfraz de amigo del pueblo, caracterizando en campaña a personajes del grueso de la población con el interés de ganar sus voluntades y su voto para llegar al puesto de mayor jerarquía estatal, una vez instalado en él, ha quedado fehacientemente comprobado que lo que menos le interesa es el beneficio de todos los jaliscienses, que se ha dedicado a pagar favores recibidos con enormes donativos y también a adelantar facturas olvidando por completo las funciones para las que fue electo.
El voraz apetito por gastar desordenadamente los recursos públicos que mostró como presidente municipal, se multiplicó al llegar al palacio de gobierno, quizá por la abundancia de dinero y por la legión de súper asesores que jamás se han sometido al escrutinio público de una votación en contiendas electorales constitucionales por lo que desconocen de compromisos comunitarios, del valor de la palabra, de justicia social, de tal forma que desde la comodidad de sus escritorios e instalaciones acondicionadas a todo lujo, diseñan estrategias miopes y sesgadas sin importarles las necesidades de colonias sin servicios básicos y condiciones paupérrimas que seguramente desconocen de su existencia aunque de ellas tengamos muchas en la propia zona metropolitana.
En realidad muy poco o nada les ha importado la opinión de la ciudadanía a la que se deben, llegando al extremo del cinismo de confabularse con el propio Congreso del estado para promover reformas e iniciativas que permitan la inversión privada en proyectos públicos en los que seguramente participarán los miembros de una reducida lista de amigos, compadres y familiares en lo que se apunta como el negocio del sexenio.
En la semana, con la autoría intelectual de uno de los selectos miembros del séquito del Ejecutivo, activaron otro frente de ataque para amarrar los negocios, ya con la ley habilitada ahora reacomodaron piezas en los organismos de transporte que tendrán a su cargo la selección de los “inversionistas” y las respectivas licitaciones de grandes contrataciones y adquisiciones, a las que por cierto el Congreso les amplió el plazo asegurando a los parientes y amigos el ilegítimo beneficio a costa del erario público.
Mientras todo ello sucede, la escasa participación activa del Poder Legislativo que naturalmente tendría la función de contrapeso del Ejecutivo y sus abusos, se ha convertido en comparsa y cómplice. La fracción panista aún cuando proviene de un grupo distinto a la del gobernador no ha dudado en apoyar los desorbitados excesos del Ejecutivo y por su parte los partidos de oposición representados en el Congreso no representan nada ni a nadie, salvo honrosas excepciones, prefieren evadir el debate serio y propositivo, se enganchan con privilegios vanos y superfluos y con mucha frecuencia con sus ausencias terminan consecuentando las malévolas intenciones de los panistas.
Ante el lamentable estado de indenfención en que hemos quedado los jaliscienses ante la perversidad de las acciones del gobernador y su gabinete, un grupo de académicos, líderes de opinión, empresarios, dirigentes comunitarios y ciudadanos independientes y librepensadores hemos conformado Conciencia Cívica una agrupación ciudadana que mediante la investigación, la difusión de la cultura política y la apuesta por la claridad y transparencia de las acciones de gobierno, buscaremos aportar ideas, espacios, debates y foros para la participación de la ciudadanía en acciones que contribuyan a evitar que Jalisco continúe en la ingobernabilidad, para recuperar nuestra capacidad de asombro y emprender juntos el camino por la grandeza del estado.
Jalisco no puede soportar más el engaño y la mentira. La prepotencia y cinismo de las acciones de Emilio González y su equipo no dejarán nada bueno a los jaliscienses, es urgente desenmascarar de una buena vez a los lobos con piel de oveja, es tiempo ya del resurgimiento de nuestro estado y tomar conciencia de la importancia de nuestra participación cívica.
salvador@salvadorcosio.org
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