Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2007-07-21 • Acentos
La ciudad de Guadalajara será sede de los juegos deportivos panamericanos en 2011, y desde el año pasado comenzaron las autoridades municipales los preparativos para albergar a los poco más de cinco mil atletas que se darán cita, provenientes de 42 países del continente americano. En esa tarea, al perecer los ediles han perdido el sentido, el rumbo y la ubicación.
Habrá de recordarse que los Juegos Panamericanos tienen muy poco o casi nulo impacto publicitario, es decir, comercialmente no son un producto atractivo de la mercadotecnia para traer turismo internacional en gran escala; sin embargo, tampoco es, habrá que decirlo, un evento despreciable económicamente del que, sin duda, la zona metropolitana se verá beneficiada por su derrama monetaria durante las dos semanas en que transcurren.
En el aspecto deportivo es donde tienen su mayor repercusión, más allá de la eterna lucha entre Estados Unidos y Cuba por encabezar el medallero, la importancia para los deportistas es el gran número de pruebas con valor clasificatorio y de entrenamiento para quienes aspiran a participar en los Juegos Olímpicos que son, esos sí, un atractivo global y mundial; es pues, para los atletas, el beneficio superlativo.
Los más recientes Juegos Panamericanos están llevándose a cabo, en estos días, en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, y es de todos conocido el elevado sobreprecio que tuvo para los organizadores que vieron superado en más del 200 por ciento su presupuesto original, por lo que ahora su deseo es que al finalizar, cuando menos, alcancen a recibir lo que invirtieron.
Quizá de la experiencia brasileña es que surge, en el presidente municipal tapatío, el apuro por quedar bien con el presidente de la Organización Deportiva Panamericana, entidad que norma los juegos, y quien se da el lujo de imponerle condiciones, darle instrucciones y hasta fijarle ultimátum con la obediencia casi servil de Petersen.
Si bien los juegos se llevarán a cabo en Guadalajara, esto no quiere decir que sólo será la capital la anfitriona, también participarán otros municipios como sedes deportivas, de hospedaje y servicios, de tal manera que aun cuando Guadalajara aporte el nombre, también es una responsabilidad del gobierno del estado y de la Presidencia de la República. En ese sentido, la anterior Administración municipal fue una ferviente promotora de que los juegos se realizaran aquí, claro, con el propósito de aprovecharlos electoralmente. Ahora Emilio González es gobernador, la jugada le resultó, por tanto, es el más obligado a apoyar el evento.
Nuestro país ha sido, ya muchas veces, sede de eventos deportivos de orden mundial, su destreza para organizarlos ha sido reconocida en muchas ocasiones, aunque también es cierto que jamás hemos sido capaces de aprovecharlos como oportunidades de negocio, de desarrollo o de despegue deportivo; el desembolso económico, siempre a cargo del erario, se destina a sufragar gastos y en menor medida a infraestructura que casi siempre es, en conjunto con la iniciativa privada, quien termina por quedarse con las instalaciones.
Los Juegos Panamericanos en Guadalajara están siendo abordados, más que por su posible aportación económica o el efecto promocional en el continente, por el lugar donde se construirá la Villa Panamericana , el complejo habitacional donde deberán hospedarse los atletas y que en términos monetarios, políticos y sociales ha resultado un botín al que todos aspiran.
Las diferentes alternativas para su construcción han sido descartadas y aplaudidas por urbanistas, políticos, vecinos, autoridades, regidores diputados y, prácticamente, por toda la comunidad; si debe ser en terrenos del parque Morelos, del Agua Azul, Huentitán o Tesistán, es el tema central por el que se ha difundido la realización de los juegos en la capital jalisciense.
La revuelta nos ha impedido hacer notar que Petersen rompió su promesa de no viajar a costa de los recursos públicos. Nos hemos impedido preguntar por qué razón no se hizo una planeación adecuada de todas las implicaciones que un evento como éste trae consigo. Por qué no hubo sondeos con vecinos para tener una idea de su flexibilidad para vender sus terrenos y facilitar, con mucha anticipación, los trabajos. Por qué no se consultó a la gran cantidad de expertos constructores y urbanistas, con quienes contamos en el estado desde hace dos o tres años, por la mejor ubicación para el complejo. Por qué el Ejecutivo ha dejado solo al presidente municipal, siendo inexperto y, por lo que se ve, falto de capacidad de negociación y gestión.
Lamentablemente la mayor parte de las respuestas a las interrogantes nos llevan a la misma dirección, los conflictos entre los grupos panistas que no han dejado espacios de tiempo para la tregua y el trabajo en beneficio de la sociedad. Una lucha que les hace olvidar que son funcionarios públicos electos y designados para servir a la comunidad y no para hacer de la nómina instrumento de trueque y chantaje.
salvador@salvadorcosio.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario