La irresponsabilidad televisada

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2007-12-22 • Acentos
En un acto de grave irresponsabilidad, Emilio González Márquez decide dejar el estado sumergido en diversos y delicados asuntos de enorme trascendencia para Jalisco, a cambio de posar para las cámaras para entregar un generoso regalo de más de dos millones de pesos, claro con cargo al erario, y ser visto a escala nacional.
Mientras el complicado y descarnado pleito entre grupos panistas de intereses encontrados ha traspasado ya lo racional, y amenaza con dejar pasar miles de millones de pesos que le urgen a Jalisco por las obstinadas posiciones de la fracción panista representada en el Congreso del Estado y el grupo también de panistas encumbrados en el Ejecutivo, el titular del gobierno del estado decide viajar a Europa, textualmente de vacaciones, aunque dijo que realizará antes algunas actividades de protocolo.
El tema del presupuesto ha sido el pretexto para la inútil intención de los panistas de medir fuerzas. En un esquema de toma y daca que a nadie conviene se ha convertido un asunto tan importante para la entidad, como lo es sin duda contar con un presupuesto de cantidades nunca antes asignadas que vendrían a hacer realidad diversos proyectos largamente anhelados por la ciudadanía y negligentemente postergados por las recientes administraciones estatales.
El Congreso señala que la aprobación unánime del presupuesto de egresos por todas las fracciones es un activo que poco le ha importado al gobernador que, según dicen, se ha dejado calentar la cabeza por sus más cercanos asesores y se ha empecinado en nimiedades que ponen en riesgo el avance del estado.
El Ejecutivo, por su parte, se esfuerza por hacer notar el que dice es un presupuesto con una gran cantidad de irregularidades que no parecen accidentales, porque atienden más a la asignación de recursos a municipios de filiación panista y descubre áreas que a su juicio son prioritarias para el próximo año y, para no dejar pasar la ocasión, ha enviado ya el pliego de observaciones que obliga al Legislativo a atenderlas o hacerse responsables de que Jalisco no cuente con un presupuesto para el ejercicio 2008.
Ni una ni otra parte parecen tener conciencia del daño que están por hacerle a la entidad, ya no recuerdan que las administraciones panistas han hecho retroceder enormemente el liderazgo de vanguardia que teníamos antes de su llegada al gobierno y que hoy Emilio González, en un “ambiciosísimo” plan estatal de desarrollo, pretende como máximo logro llevarnos al “honrosísimo” doceavo lugar nacional. Ni con esos antecedentes reaccionan. Es tiempo ya que actúen responsablemente por el bien de Jalisco, como se comprometieron al tomar protesta de sus cargos apenas hace unos meses.
Ni el delicado tema del presupuesto ni la ingobernabilidad de Tonalá, ni la desmedida ambición de César Coll otorgándose bonos e incrementos descomunales hicieron al gobernador cambiar de opinión. Para él resultó más importante saludar otra vez con sombrero ajeno y, de los recursos públicos, pagar más de dos millones de pesos sin autorización alguna para destinarlos a la adquisición de un obsequio para la Iglesia católica, que por su parte es la menos culpable del desproporcionado apoyo que Emilio González les otorga en relación con otras Iglesias también con presencia en Jalisco.
Será que el acto de entrega forma parte de un programa que se transmitirá a escala nacional por el principal canal de una importante empresa televisiva o que el propio evento corresponde a las facturas que amparan los 67 millones entregados a la misma empresa, a principios del año, y por ello no podía por ninguna razón dejar de asistir.
De las promesas del gobernador ya de plano no tiene sentido reclamarle cuando es de todos conocido que no cumple una sola. Habrá de recordarse que cuando pretendía acceder a la alcaldía de Guadalajara ofreció muchas veces concluir la totalidad de su periodo y apenas al iniciar las campañas para la gubernatura olvidó cínicamente todo lo prometido. También dijo que nadie en su gobierno se otorgaría bonos ni ganaría un sueldo inadecuado ¿y lo de César Coll Carabias dónde queda?
Hace poco declaró que no se iría de viaje hasta solucionar el conflicto del presupuesto ¿y dónde está ahora, que es cuando se requiere dar la cara? En lugar de estarlo haciendo prefirió firmar hojas en blanco para que sus allegados regresaran el presupuesto aprobado por el Congreso, claro está sin haberlo siquiera analizado y, peor aún, sin saber qué contestaría ni con qué argumentos lo observaría.
Irresponsabilidad más grande no se recuerda en la historia de Jalisco. Tal parece que a Emilio González sólo le interesaba llegar al gobierno del estado para congratularse con empresarios televisivos y líderes religiosos porque, está claro, son su prioridad, poco o nada le interesa el futuro económico y el desarrollo del estado, tampoco le importan los esfuerzos de los legisladores federales por darle mayores recursos al estado. Para él, primero los amigos, luego los caprichos y al final los jaliscienses.
salvador@salvadorcosio.org

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