Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2009-01-31 • Acentos
Cuando Emilio González empezó su campaña para el gobierno del estado llegó hasta la colonia Ferrocarril, donde supuestamente pasó la noche en el interior de una de las más modestas viviendas asentadas en dicho lugar, caracterizado desde siempre por sus inaceptables condiciones de vida y por la ausencia casi total de los servicios básicos como luz, agua, drenaje y alcantarillado.
Trascendió entonces que Emilio se desbocó en promesas que fueron de la pavimentación de las calles y el alumbrado público a la construcción de nuevas casas.
Pasó el tiempo, quizá le dieron el voto, se hizo gobernador y no les cumplió. La colonia sigue careciendo de servicios y hasta la mujer que lo alojó en aquella ocasión tuvo que mudarse, en búsqueda seguro de mejores condiciones de vida.
Después, Emilio entregaría millones de pesos a televisoras, iglesias y empresarios. Por cierto, ninguno de ellos de la colonia Ferrocarril. La característica de esta Administración ha sido la simulación, el engaño, la discrecionalidad en la aplicación del presupuesto, el derroche, el doble discurso, la fanfarronería, la mentira.
A pesar de que el PAN cuenta con la mayoría en el Congreso, el segundo informe de Emilio González no será recibido por los legisladores, tendrá que dirigirlo a la oficialía de partes, quien habrá de turnarlo como una comunicación más. De buen pretexto servirá el fin de semana largo, unos para guardar las apariencias y otros para disimular.
Ya desde el año pasado en un desesperado intento por cubrirse de reflectores se sacó de la manga la inocentada de rendir informes cuatrimestrales, según él para dar a conocer a todos el trabajo realizado, sobre todo fuera de la zona metropolitana.
Hoy parece que cambió de opinión, porque hace días declaró palabras más, palabras menos, que “en realidad lo que le interesa a los jaliscienses es lo que está por venir, los proyectos; y no lo que ya pasó, porque de alguna forma eso ya no se puede cambiar”.
Más de alguno se quedará entonces con la duda de si habría o no incluido en dichos informes hasta los recuerdos del 10 de mayo que profirió a los jaliscienses sin ningún pudor.
Qué bueno entonces que no andará por ahí, foro tras foro desgañitándose con cosas que pues, como ya pasaron, ya se olvidaron.
No vaya a ser que se encuentre con la gente que a diario tiene obligatoriamente que practicar deportes extremos al sortear los escombros, saltar las zanjas, darle la vuelta a los montones de arena y piedra o arriesgar incluso sus vidas al cruzar las calles o abordar camiones en el centro de la ciudad, destruido, literalmente intransitable y colapsado en sus intersecciones con la calzada Independencia.
Igual Chapultepec, por citar otro ejemplo, donde Claudio Sáinz está haciendo lo que mejor disfruta: destruir la ciudad.
Obras electoreras, para que digan que el gobierno trabaja. Así pues, Emilio otra vez en campaña, para ayudar a sus amigos, pero con este amigo, ¿quién necesita enemigos?
salvador@salvadorcosio.org
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