Hitleritos

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona

El abuso de poder, expresión abominable de autoritarismo desmesurado es práctica rancia al alcance de gobernantes cobardes rebasados por su intolerancia, y mediocridad, carentes de actitudes, habilidades adecuadas y victimas de complejos de inferioridad.
Cual pueriles “hitleritos” deambulan con sus enanas visiones confundiendo lo etílico con lo ético, deformando la democracia y libertad, atentando contra todo lo diferente a su pensar y asumiéndose como dueños de la verdad.
El alcohol les hace decir cosas que por cobardía callan y deberían expresar cuando beben agua para frenar a conveniencia la libertad de expresión.
La osadía de preguntar si “¿Tiene o no Felipe Calderón un problema de alcoholismo?”, le costó la salida de MVS a Carmen Aristegui, luego que una llamada desde Los Pinos intimidó a los concesionarios del espectro radiofónico, quienes determinaron imponer una mordaza a la comunicadora en un tema donde el problema no el es alcohol, sino la censura.
La rabieta presidencial evidencia cobardía, impotencia e incapacidad para contener lo que el pueblo expresa de manera diversa, por lo que reaccionaria e irracionalmente fustigaron a la empresa de forma crasa a cambio de la renovación y la ampliación de sus concesiones.
Preguntar por la “salud” del Presidente es necesario por tratarse del responsable de un gobierno que no ha dado resultados positivos y por el contrario ha desatado más de 34 mil muertes violentas y 18 mil “levantones”, producto de una empecinada guerra encabezada por éste “hitlerito” que gusta disfrazarse de militar.
Jalisco sufre su propio “hitlerito”, el Gobernador Emilio González Márquez, ahora “suspirante presidencial”, evidenciado por sus bochornosos arrebatos y caprichos al tenor del alcohol, empecinado con fallidos y ocurrentes proyectos a raja tabla como su malogrado negocio de Macrobús e inviable Vía Exprés y los mal paridos puentes atirantado y El Álamo.
Hay hartazgo y rechazo a toda práctica autoritaria que merme y violente la libertad de expresión y el derecho a la información, la sociedad está empachada de lidiar con mafias entre políticos y empresarios corruptos que pactan en lo oscurito mientras tuercen las leyes a su favor.
Ahora más que nunca la sociedad exige acceso a información imparcial y objetiva, así como a la libertad de elegir lo que quiere ver y escuchar.
Para evitar más “hitleritos”, los ciudadanos seguiremos defendiendo la verdad, la libertad, la independencia y legalidad exigiendo mayores sanciones y acotamientos al abuso de autoridad y estableciendo la obligación de que los aspirantes a cualquier cargo de elección popular superen pruebas de adicciones y trastornos de la personalidad.

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