Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2011-02-19 • Acentos
Campechanamente se placea Emilio con el pretexto de promover los Juegos Panamericanos, mientras descaradamente promociona su imagen complaciendo su proclive trastorno de personalidad que lo hace sentirse el mejor cada que se ve en un espejo, anuncio, desplegado o espectacular.
Sigue terco el trasnochado desgobernador con la idea de convertirse en candidato del PAN a la presidencia de la República , apoyado y respaldado por los más oscuros intereses de la radical ultraderecha (Yunque) quienes ya encontraron en el mocho Briagober su mejor carta de presentación.
Emilio González es un triste y gris gobernante que ha incumplido promesas y hecho del escándalo mediático, mentira y simulación los ejes torales de su desgobierno; aunque él diga ver otra cosa, claro en su propio espejo.
Nublado por los síntomas de su ensalzado ego, delira tener la imagen de un gobernante cercano y que da resultados, cuando en realidad eso sólo existe en sus falsos comerciales.
Se jacta de ser carismático y posar bien para la foto, pero detrás no hay nada, únicamente el efímero respaldo de aduladores que le soban el lomo, susurran al oído para seguir impulsándolo y vendiéndolo en campaña, mientras aprovechan su ausencia física y mental para abusar a conveniencia y discrecionalidad de sus posiciones de privilegio.
El desvergonzado abuso de poder de este egocéntrico teporocho y suspirante presidencial, quedó evidenciado con el derroche de unos 90 millones de pesos con pretexto de su cuarto informe de gobierno, con el que se promocionó en 134 estaciones televisivas y 31 radiodifusoras en 29 Estados de la República , bajo el absurdo y pueril pretexto de que jaliscienses hay en todas partes.
Sistemáticamente ha usado el dinero público como extensión de su billetera ofreciendo macrolimosnas, pagando eventos privados, financiando telenovelas y espectáculos televisivos, entregando a discreción innumerables recursos financieros a sus amigos empresarios y en general dilapidando injustificadamente el dinero de los ciudadanos en absurdos que nada tienen que ver con el desarrollo y crecimiento del Estado, ni el bienestar de la población.
Aunque muchos lo criticaron, fue la sociedad civil la que finalmente interpuso demanda penal por peculado y queja ante el Instituto Federal Electoral que ya prosperó por el flagrante dispendio y malversación de fondos en que ha incurrido.
Esta obligado a comparecer para responsabilizarse de los delitos cometidos o quedar como un cobarde que no da la cara y prefiere verse en el espejo para seguir sintiéndose iluminado, intocable y superior.
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