Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2009-04-25 • Acentos
Por estas fechas, hace un año que el gobernador Emilio González sin el menor pudor arremetió en contra de los jaliscienses que no están de acuerdo con él, de la manera más burda, vulgar y soez, al ofender con un lenguaje de cantina barata a quienes con justo derecho lo han señalado por sus encaprichamientos y pobre desempeño al frente del gobierno del estado.
Lo anterior lo reconoció en un evento gris e infecundo que fue convocado a media semana con motivo del segundo aniversario del establecimiento de la mal lograda “Gran Alianza por Jalisco”.
Hace dos años, en medio de la simulación y generación de falsas expectativas, el ejecutivo estatal anunció con bombo y platillo la celebración de un “gran pacto” que redundaría en “innumerables” beneficios para los jaliscienses; así pues la convocatoria de invitados a integrar la “Gran Alianza” no causó mayor sorpresa que el desaire en la asistencia el día de la inauguración, donde para cubrir los espacios vacíos se tuvo que recurrir a la plantilla de burócratas de las oficinas cercanas al Instituto Cultural Cabañas.
Desde entonces ¿qué ha logrado la “Gran Alianza”?, ¿dónde están los resultados?, ¿por qué no se ven en las calles o en los bolsillos de los jaliscienses?
No es un logro sentar en la misma mesa a dos o tres funcionarios o representantes sindicales o patronales, logro sería dar respuesta y resultados a las crecientes demandas de los jaliscienses.
Tal ha sido el fracaso de este proyecto que ha mermado el erario en detrimento de acciones más fiables, que el propio empresariado en voz de su dirigencia ha señalado con toda puntualidad la ausencia de beneficios concretos.
Otra vez le gana a Emilio la cerrazón al tiempo que exhibe su infinita incapacidad para aportar desarrollo y crecimiento a un estado, donde de acuerdo con fuentes especializadas se prevé la pérdida de casi 20 mil empleos tan sólo en los próximos tres meses.
¿Dónde están entonces los resultados? ¿o en que rubros? En educación no ha habido impulso a la calidad educativa, ni siquiera revisión de la curricula, mucho menos más aulas. Al contrario, se ha echado a los estudiantes a la calle como lo hicieron en el colegio Cervantes.
En salud han sido por más los pleitos internos que los logros alcanzados, en lugar de avanzar en temas como prevención, se han disparado los casos de dengue por ejemplo; también se duda y cuestiona la corrupción en el tema de los transplantes de órganos.
En seguridad pública no ha cesado el crimen, ni la delincuencia. En cuestiones ambientales y de desarrollo sustentable tampoco hay resultados, los ríos como el Santiago siguen con altos niveles de contaminantes.
La obra pública se ha reducido pirricamente al levantamiento de calles y banquetas. En movilidad el Macrobús no ha significado más que el negocio del sexenio y una serie de accidentes viales que incluso han cobrado vidas, por su deficiente planeación, ejecución y operación.
No sería posible en este breve espacio enumerar tanta ineficiencia y torpería. A dos años de distancia, la “Gran Alianza por Jalisco” ha demostrado ser el “Gran Fracaso de Emilio”.
salvador@salvadorcosio.org
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