¡Emergencia en Aguadalajara!

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2007-06-30 • Acentos
Apenas iniciando el temporal de lluvias y la zona metropolitana de Guadalajara se ha convertido en un caos que desnuda la poca previsión y falta de capacidad de reacción de las autoridades municipales y estatales ante los fenómenos meteorológicos, que aunque difíciles de determinar en cuanto a su abundancia, si son predecibles en el tiempo de su comienzo.
Entre lunes y martes de la semana que transcurre se suscitaron un par de tormentas, que si bien fueron abundantes no han sido las más fuertes que hemos tenido; después de ellas seguramente vendrán muchas más y de acuerdo a los pronósticos de los especialistas este temporal podría ser muy generoso en cantidad de agua.
Estas primeras lluvias han puesto a nuestra ciudad y zona conurbada en el escenario nacional a través de los medios de comunicación, dejando al descubierto la negligencia de los funcionarios municipales encargados del desasolve de alcantarillas, de la limpieza de camellones y poda de árboles peligrosos.
Las escenas presentadas en la televisión dieron cuenta de un gran número de árboles caídos sobre las calles y avenidas, pero también sobre vehículos ocupados o en circulación, que afortunadamente no han reportado la pérdida de vidas; también mostraban con crudeza las graves inundaciones de las polémicas obras viales recién terminadas, después de grandes atrasos en su entrega, y también de amplias zonas habitacionales, sobre todo populares, que una vez más comenzarán su calvario por la temporada de lluvias.
El año pasado también fueron tema nacional las inundaciones en las colonias del sur de la ciudad, ubicadas en territorio del municipio de Zapopan, donde las televisoras mantuvieron cobertura permanente después de que las primeras lluvias inundaron la zona, y las subsecuentes tormentas no permitieron que bajara el nivel del agua ante la impasible actitud de las áreas de servicios públicos municipales.
No obstante al antecedente de todos conocido, ni el ayuntamiento ni el Ejecutivo del estado parecen tener memoria o, al menos, prisa por atender el grave problema de las inundaciones. No se han dado, siquiera, a la tarea de terminar un certero Atlas de riesgos, que identifique con precisión los puntos delicados por sus características topográficas, por insuficiencia de los canales de aguas pluviales, por la limitada infraestructura y capacidad de los colectores, o por la sobrepoblación derivada de un crecimiento desordenado. Es lógico, entonces, pensar que no se cuenta con un plan de contingencias y que se vean sorprendidos a las primeras precipitaciones.
Si no se tiene un diagnóstico es imposible el diseño de un plan correctivo de las deficiencias y preventivo de desastres que necesariamente deba integrar las obras viales para el desarrollo comercial o la orientación habitacional de las ya escasas áreas de amortiguamiento que posee la zona metropolitana.
No hemos escuchado de algún programa de prevención de contingencias que, operado a través de los ayuntamientos, limpie alcantarillas y bocas de tormenta, promueva la poda de árboles que representen peligro, que supervise la señalización alusiva y que difunda por todos los medios posibles las medidas que deban tomarse para estar prevenidos en estas temporadas de riesgo.
Tampoco se ha dado la creación de algún comité conjunto de dependencias de los diferentes niveles de gobierno implicados en el tema y que, coordinados por Protección Civil, se comprometan a trabajar en un solo frente, al menos en lo que pasa la temporada de lluvias en la zona metropolitana y de huracanes en la zona costera del estado.
Aunque el tema fue tratado como prioritario por los candidatos en campaña, ahora alcaldes, nada se ha avanzado de la coordinación intermunicipal que habría de generar medidas para mejorar el transporte, la vialidad, la seguridad y los servicios públicos en la zona metropolitana de Guadalajara. Todo ha quedado en una simple promesa que han preferido olvidar, quizá porque pudiera quitarles algo de margen de acción y poder, o porque tampoco es interés del Ejecutivo coordinar ese tipo de actividades; mientras tanto, seguimos padeciendo inundaciones, y los ciudadanos sacrificando sus bienes, muebles e inmuebles, esperando que las autoridades puedan ponerse de acuerdo para comenzar a actuar.
Agregado a lo anterior, no se ha reparado en los deficientes trabajos que han entregado las constructoras asignadas a las más recientes obras públicas, donde increíblemente ya se presentaron inundaciones, como en los pasos a desnivel construidos sobre la avenida López Mateos y la inminente repetición en la obra de calzada Independencia y Periférico, donde el paso a desnivel no tiene una sola alcantarilla.
Quizá una respuesta más acertada a la pasividad oficial sea que los asesores de Emilio le comentaron que desde hace muchos años una ciudad inundada ha sido un atractivo turístico importante en Europa y se esté pensando en convertir a Guadalajara en la Venecia americana.
salvador@salvadorcosio.org

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