Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2009-08-08 • Acentos
Sigue de picada el Partido Acción Nacional a más de un mes de la fuerte derrota que sufrió en todo el país, las dirigencias nacional y local no atinan a asimilar tan grave descalabro y en aras de rescatar algo para su causa más se hunden cual arena movediza.
En el comité nacional blaquiazul ante la estrepitosa perdida de confianza de la ciudadanía, su dirigente, ciertamente el responsable principal, confundió gimnasia como magnesia al buscar salvar su honor renunciando al cargo en una decisión tan mala como las repercusiones que ha traído a su partido.
La lucha de grupos en el PAN sigue inclinándose a favor de Calderón quien ha defendido a ultranza a su delfín César Nava para que encabece el maltrecho instituto en espera que un dirigente distinto pero igualmente cercano tenga una gestión más exitosa.
Ciego se aprecia Calderón al eludir lo que es evidente, el pueblo se cansó no solo de la soberbia y el cinismo con lo que ha gobernado sus correligionarios de partido, especialmente en el proceso recién concluido, para todos queda claro que el gran responsable de la derrota es el Presidente y sus magros resultados positivos, su impericia para manejar la crisis económica y el desastre en que convirtió el combate a la delincuencia.
Si así como ha enfrentado la delincuencia en el país promueve a sus incondicionales para cargos de partido, sobra imaginarse los resultados que tendrán, sobretodo cuando no se han abierto las elecciones para la dirigencia nacional y se ha impuesto con el método del agandalle a un amigo de Calderón con el berrinche público y la exhibida de los conflictos internos por conducto de los grupos opositores.
El problema panista no es exclusivo de su cúpula nacional que pareciera muy grave por la renuncia de la presidencia, en Jalisco sin que de algo similar el conflicto es más álgido y amenaza con mostrar el lado más negro de los bandos en pugna que por un lado reclaman la salida de su lidera y por otro acusan al gobernado de meter las manos y los pies en las sendas manifestaciones de protesta, extrañas por cierto para las costumbres de Acción Nacional.
En Jalisco como en el país, la derrota tiene tintes históricos, les han arrebatado la joya de la corona, la presidencia municipal de Guadalajara, y más a allá de la victoria de facto priista, es de todos conocido que más bien se trata de una gravísima caída panista, y también como a nivel nacional, las causas no hay que buscarlas hacía el exterior, los motivos están en los malísimos gobiernos que se han sucedido en Guadalajara, en los otros municipios metropolitanos y por supuesto en el gobierno del estado.
Haría falta un enorme espacio para enumerar los yerros de los gobiernos de Acción Nacional, no obstante por el orden cronológico y su cercanía con el proceso, sin duda Emilio González Márquez es junto con la dirigencia estatal, la causa principal de todos sus males, su locuaz estilo, las decisiones tomadas sobre las rodillas privilegiando a la jerarquía católica terminaron por hartar textualmente a los propios jaliscienses que reprueban tanto cinismo, derroche e ineptitud.
Ahora quienes desde los altos mandos partidistas buscaron “vender” un proyecto tan criticado como el Macrobús teniéndolo como emblema de los gobiernos panistas, se muerden la cola y reclaman abiertamente su inoperancia y altos niveles de corrupción atribuyéndole a mandatario del estado toda la culpa de la derrota.
Entre pleitos y señalamientos, denuncias y amenazas, jaloneos y estirones, el Partido Acción Nacional se desmorona en todo el país con un fuerte olor a rancio, que parece incrementarse día con día, especialmente en Jalisco si sus fundadores vivieran seguro se volverían a morir de pena y de vergüenza.
salvador@salvadorcosio.org
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