Chivo y gandallas

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona

Barbarie y terror en estadio de Torreón y casino de Monterrey mantienen conmocionado al país dejando sentimientos de dolor, impotencia e indignación hacia todo orden de autoridad incapaz de contener la salvaje violencia desatada y provocada por el gobierno de Felipe Calderón.
Hartos de inútiles discursos que no le devuelven la vida a nadie, la sociedad exige seguridad y garantías para acudir sin miedo a ser privados de la vida en centros laborales, escolares y recreativos.
Mayúscula pendejada de continuar la fallida estrategia que hasta hoy ha privilegiando una irracional y caprichosa “guerra” no pedida, que cada vez genera mayor horror y pánico.
Qué no queden impunes estos actos como pretenden hacerlo con los cruentos hechos de la guardería ABC en Hermosillo, Sonora; donde es incesante y justo el clamor de justicia.
Ahora y ante la incapacidad de respuesta y encubrimiento de verdaderos culpables, el gobierno de Calderón encontró en Arturo Leyva Lizarraga a su chivo expiatorio, quien fue encarcelado y padece la suerte de quienes pagan los platos rotos en el sistema de impartición de justicia.
Elude la autoridad a los concesionarios de la guardería subrogada al IMSS que tienen parentesco con la hermana de Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón y exonera irresponsablemente a implicados como Juan Molinar Horcasitas, ex director del IMSS, a su sucesor Daniel Karam y al ex gobernador de Sonora, Eduardo Bours.
Esta claro que el gobierno federal juega a encontrar “chivos” sin importar como en el caso de Leyva Lizarraga, que su único error haya sido estar en el lugar y momento equivocado, ya que cuando estuvo al frente de la delegación del IMSS en Sonora, nada tenía que ver con las guarderías.
Gandallas se vieron los legisladores locales, al repartirse anticipadamente “cotos” en el Poder Judicial, aún cuando las convocatorias carecen de fundamento por intentar jubilar a tres magistrados que son inamovibles, nombrar otros cuatro para los que no existe vacante, sala, ni presupuesto y sustituir desde ahora a tres consejeros de la Judicatura, cuando sus nombramientos vencen hasta 2012.
El Congreso ignoró y desacató las suspensiones concedidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, e incurrió en ilegalidad, argumentando que no fue notificado a tiempo; cuando ya todos los medios exhibieron los acuses recibidos dos horas antes de la votación y toma de protesta de los espurios funcionarios, por lo que los legisladores deberán ser sujetos a juicios de responsabilidad.
Qué cuentas rendirá a la nación el presidente Felipe Calderón, cuando su sexenio no fue como lo prometió de empleo y crecimiento, sino de fuego, sangre y muertos.

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