Chaleco de burro

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona

Lo que parecía una estrategia “caliente” y clara para fortalecer la gris y tibia personalidad de Ernesto Cordero, aparente candidato “oficial” de Felipe Calderón, se ha tornado como si fuera realmente un “cordero pascual” que ha sido enfilado al matadero o como carne para los lobos.
Cordero parece chivo en cristalería cada vez que se le ocurre abrir la boca para decir disparates con los que ha logrado extraordinaria pero triste popularidad, al grado que en los corrillos populares lo denominan el “Mr. Bean” del felipismo, por no caerle el veinte de las repercusiones que provoca en todos los estratos sociales con tanta sandez.
Dicha estrategia, tendiente a convertir al peculiar y polémico Jorge Hank Rhon en el chivo expiatorio del sexenio, sobre el cual recayera la función de demostrar la capacidad gubernamental de castigar la corrupción, parece que se está convirtiendo en polvo.
Más que ser el objetivo darle un golpe mortal al PRI y al gobernador del Estado de México en la elección de julio próximo –por ser Hank integrante destacado del grupo Atlacomulco ligado con Enrique Peña Nieto–, la forma absurda en que fue aprehendido, carente de legalidad, hará que salga libre pronto el excéntrico personaje que usa chaleco hecho con base de piel de pene de burro.
No poderle comprobar delincuencia organizada, ni acreditar que el arsenal encontrado en su palacio, que no es de dudar sea verdadero, haya existido ahí antes de la irrupción de las fuerzas castrenses y por éstas haber actuado sin soporte legal alguno, permitirán que Hank Rhon escape de la justicia.
La investigación contra Hank Rhon hubiera sido una magnífica oportunidad para esclarecer plenamente el asesinato de Héctor “El Gato” Félix Miranda, aquel aguerrido columnista del Semanario Zeta de Tijuana, asesinado por el entonces jefe de escoltas de Hank, Antonio Vera Palestina. Igual era la ocasión para indagar todas las historias que se ciernen sobre la figura de quien presume con impunidad sus delitos, como el zoológico clandestino y una riqueza inconmensurable que no puede ser fruto de una vida empresarial regular.
Pareciera que Calderón está ya jugando a perder o sólo se divierte en tanto sigue cuidando a su verdadera carta, como podría ser la diputada Josefina Vázquez Mota, quien aunque no se aprecie tanto, sí está cercana a sus afectos y confianza, hasta incluso ceder ante el embate y fuerza del yunquismo que empuja a un aspirante a modo, en la figura de Emilio González Márquez, quien ya está trabajando a todo vapor para dejar el gobierno de Jalisco en cuanto inicien las precampañas panistas en octubre, por lo que quizá no alcance ni siquiera a inaugurar sus famosos pretextos promocionales: los panamericanos.

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