Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2008-01-12 • Acentos
Hace ya algunos años, una destacada líder social, esposa de un histórico dirigente sindical, ante las diferencias entres sus correligionarios y la falta de liderazgo político atinó a emitir una frase que expresada coloquialmente definió con precisión las condiciones imperantes del momento “andamos como perros sin dueño”.
Algo similar sucede ahora en el gobierno del estado, donde el Ejecutivo desde el inicio de su gestión se ha acercado al consejo de al menos cinco funcionarios de su gabinete a los que o no les ha delimitado su campo de acción o definitivamente ha perdido el control sobre ellos.
Ciertamente el gobernador de Jalisco como cualquiera de las otras entidades del país no tiene la obligación de conocer a fondo las distintas características y circunstancias del quehacer publico, nadie puede ser especialista en todo, menos en un cargo de la envergadura de que se trata, lo que sí es su facultad pero también su obligación es allegarse de los mejores profesionales para cada uno de los rubros que comprenden las secretarías de Estado, mejor todavía, mediante un procedimiento ya establecido legalmente puede reestructurar su gabinete a fin de otorgar a la ciudadanía la solución de su problemática y procurarle las mejores condiciones para su desarrollo.
Al margen por los magros resultados es claro que no eligió a los mejores, los conflictos entre los que designó han provocado un desorden en cuanto a invasión de funciones, contrariedad en estrategias de acción y sobre todo que se privilegien los interés personales o de grupo y no los del estado. Hemos sido testigos de la presencia de hasta tres funcionarios en diferentes ocasiones atendiendo la negociación del presupuesto de egresos 2008 con propuestas diversas y contradictorias.
Más recientemente el indefendible proyecto de apoyar financieramente a una empresa televisiva para que realice una telenovela en Jalisco, fue motivo para conocer las versiones encontradas de los súper asesores de Emilio que por su parte ni se inmuta de lo que pueda suceder o no.
El problema esencialmente no es que aprenda el gobernador a liderar equipos de trabajo, lo verdaderamente grave es que mientras eso sucede nuestra entidad continúa perdiendo espacios en productividad que tradicionalmente había ocupado marcando la pauta del desarrollo el país, hace poco en la presentación del Plan de Desarrollo nos ofrecía su “ambicioso” proyecto para alcanzar como máximo logro un deshonroso doceavo lugar.
Si ese lugar se propone alcanzar, debería decirnos también cuál es el que ocupamos actualmente y sobretodo por qué perdimos el primero, segundo o tercero que teníamos antes de los gobiernos panistas. Jalisco había sido líder indiscutible en muchas ramas productivas y ello se notaba en la infraestructura para el desarrollo, éramos envidia de otros estados y la competencia la teníamos con entidades como Nuevo León y el Estado de México.
Desafortunadamente en la actualidad no sólo hemos perdido la hegemonía nacional, ahora tampoco somos líderes en la región, es claro que el vecino Aguascalientes con sus grandes niveles de captación de inversión y ordenamiento territorial es mejor prospecto que Jalisco para empresas internacionales y del país.
Guanajuato con un adecuado plan de desarrollo regional ha logrado concentrar el desarrollo en tres o cuatro polos estratégicamente ubicados con lo que aprovecha eficientemente los recursos naturales que posee y que ya supera también a la entidad en el ramo agropecuario.
Nayarit con sus dos distribuidores viales y la infraestructura hotelera de primer nivel ha venido a arrebatarnos la estafeta, utilizando inclusive el buen nombre internacional que tenía Puerto Vallarta como destino turístico de calidad para crecer a nuestras costillas, sin haber logrado siquiera acordar con nuestro estado un plan conjunto de desarrollo turístico inmobiliario.
A pesar de su tamaño territorial comparado con nosotros, Colima y Zacatecas han logrado superarnos en tecnología y promoción económica y turística también, más aún, la percepción nacional de ellos a futuro es mejor que la nuestra y parece que al gobierno todo ello no le importa.
Mientras otros gobiernos a pesar de sus diferencias entre poderes por la diversidad en su composición política, han logrado dejarlas de lado en aras de propiciar el desarrollo para sus habitantes, en Jalisco a pesar de contar con las condiciones políticas para lograr reformas y proyectos de fondo y de largo alcance el gobierno estatal ha dejado pasar el tiempo en pequeñas guerras internas, desgastando negligentemente el esfuerzo de la ciudadanía.
Ante la falta de un autentico liderazgo y un plan integral de trabajo que le de rumbo y certeza a la administración pública, los jaliscienses debemos tomar conciencia de la importancia que representa elegir a quien nos gobierne, el voto y las urnas son en nuestras condiciones las únicas herramientas que nos facilitarán contar con representantes comprometidos, responsables y honestos.
salvador@salvadorcosio.org
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