Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2009-07-11 • Acentos
No fallaron los pronósticos que auguraban una inminente alternancia de partido sobre todo para el municipio de Guadalajara, sí sorprendió el margen con que el PRI recuperó después de 15 años la capital tapatía; más de cien mil votos.
No fue exclusivo para Jalisco, donde el PRI como en los viejos tiempos a manera de aplanadora se llevó el carro completo, lo mismo sucedió en la integración del Congreso federal y en la mayoría de las gubernaturas que fueron disputadas en este proceso electoral.
Con un Congreso donde el PRI ostentará una amplia mayoría, panistas y perredistas tendrán que replantear su oferta política si es que aspiran a no perder más posiciones en 2012
Luego entonces los focos rojos se encienden en el PAN, pues por lo menos al día de hoy tienen en Enrique Peña Nieto a su principal obstáculo con miras a la sucesión presidencial.
Ha quedado claro que las campañas de lodo y guerra sucia se revirtieron exponencialmente contra quienes las promovieron, ya no era posible confundir más a los electores con “el petate del muerto”, había un hartazgo generalizado, una profunda desilusión frente a un cambio que nunca llegó y el 5 de julio los ciudadanos salieron a las urnas a despedir a quienes no les cumplieron, no fue entonces un triunfo del PRI, sino una derrota del PAN.
Ahora bien, los priistas tendrán que demostrar con hechos que son capaces de responder a las expectativas de los ciudadanos, de lo contrario correrán para dentro de tres años la misma suerte del PAN.
Es bueno para Jalisco un resultado así; nadie, mucho menos un partido político debe sentirse dueño de un gobierno, pues como país ya hemos superado esa etapa en aras de fortalecer nuestro tránsito hacia una verdadera democracia.
Quienes gobiernan aún y los que están por hacerlo deben saber leer lo que la ciudadanía le expresa con abiertas manifestaciones públicas y ahora a través del voto directo.
La sociedad actual no ignora las incapacidades, los abusos, los intereses y contubernios de partidos y gobernantes.
No es tampoco de flaca memoria, esta ocasión ha dejado sentir el peso de su voluntad en las urnas, lo que se percibe más como una muestra de lo que puede hacer con su voto, que como un cobro de factura a un sólo partido.
Es la hora del empoderamiento de los ciudadanos, quienes detentan el verdadero poder para elegir a sus gobiernos, quienes premian o castigan de acuerdo al desempeño de los gobernantes, quienes deciden libremente, son el gran elector cuya decisión contundente e inapelable a puesto en su lugar a aquellos que se sentían superiores, con el atento recordatorio que sólo son empleados al servicio de la sociedad.
salvador@salvadorcosio.org
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