Herencia Maldita

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2012-07-14 • Acentos
Después del caliente verano electoral, llega la inclemente tormenta que se torna en tempestad, entre impugnaciones, denuncias, señalamientos, acusaciones de fraude, petición de recuento y anulación de votos, mientras la endeble autoridad electoral se tambalea frente al vendaval de reclamos por su tibia y pírrica participación en los comicios, donde se la ha pasado como el chinito “nomás milando”.
En el chiquero electoral hubo de todo, desde encuestas “copeteadas” que se usaron más como propaganda que como indicador de intención del voto, hasta “tarjetas de puntos” canjeables en Soriana, sin dejar de contar las trapacerías “típicas” y la práctica ilícita de manipular la voluntad popular con dinero o especie.
El IFE declaró ganador a Enrique Peña Nieto, al computarle el 38.21% de la votación válida, contra el 31.59% de Andrés Manuel López Obrador, siendo un contrasentido que al no calificarse aún la elección por el Tribunal Federal Electoral, ni resolverse los recursos legales a que partidos y candidatos tienen derecho, el árbitro electoral quiera pitar el final.
Enturbian más el panorama las cínicas declaraciones de Felipe Calderón, quien producto de un fraude busca convalidar otro, terminando de empuercar la elección al aceptar que hubo inequidad e irregularidades, pero asintiendo de legal el proceso.
Calderón recoge la red que lanzó al principio de su espurio sexenio y arrastra entre mierda y olor a muerte, el descrédito y repudio social, al dejar como herencia maldita, un país desquebrajado y de rodillas, en medio de caos, terror, miedo, inseguridad, desempleo, pobreza, marginación y al borde de la ingobernabilidad.
En Jalisco, Emilio González Márquez, representa lo peor del desgraciado y vapuleado panismo, luego de las herencias malditas de Alberto Cárdenas y Francisco Ramírez Acuña, que le prohibieron al Estado, grandeza y prosperidad.
18 años de retraso donde no se puso ni un centímetro de tren ligero, no se dio solución al desabasto de agua potable para el área metropolitana, siguió inconcluso el periférico y faltaron las grandes obras de infraestructura y desarrollo rural y urbano, pero en cambio hubo despilfarro del erario y el endeudamiento más grande de la historia de Jalisco.
Se recordaran los nefastos gobiernos panistas por sus herencias malditas, obras malas, caras y fallidas, compras a sobreprecio, derroches, gastos superfluos, engrosamiento de nóminas y escándalos como el recientemente explotado, luego de casi dos décadas de oscuros e ilegales manejos en el Consejo de Familia, donde se acusa de tráfico de menores bajo la complicidad dicen, marcadamente, de funcionarios y ex empleados allegados a Joan Novoa, esposa del recién derrotado Alberto Cárdenas Jiménez, hoy triste e indócil a ser regidor de oposición en el Ayuntamiento Tapatío.
Concluidos los procesos legales, seguramente, Enrique Peña Nieto, será Presidente y en Jalisco, Aristóteles Sandoval, Gobernador, quienes sin mayorías absolutas, deberán buscar el acuerdo y entendimiento con otros nuevos protagonistas de la política, cómo Enrique Alfaro Ramírez, en el caso local, quien sin duda seguirá en la brega, dando mucho de qué hablar.
salvador.cosio@hotmail.com

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