“Yo Quello”

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona

La mayoritaria tradición católica mexicana ha acostumbrado a los menores, escribirle en estas fechas, una carta al “Niño Dios”, donde el “yo quello”, se traduce no sólo en el deseo de un regalo material, sino también de buenas intenciones.
Como todos conservamos “alma de niño”, los “yo quello” que podrían ser comunes entre la sociedad general, serían:
Que Felipe Calderón abandone su capricho por mantener una guerra que ha provocado miedo, terror, zozobra y cero desarrollo y crecimiento; que se deje de bravuconerías contra quienes hemos denunciado sus delitos de lesa humanidad y por fin termine su sexenio de sangre y muertos.
Que Ernesto Cordero se deje de estupideces, como asegurar que se puede vivir con 6 mil pesos al mes, o creer que puede ser presidente y vaya pensando donde trabajar, porque aunque se conformara con un “hueso” que le diera el próximo “presidente panista”, la realidad es que su partido no ganará, por lo que seriamente debería considerar ser el doble de Mr. Bean.
Que Josefina Vázquez Mota, deje de darse “baños de pueblo”, mientras luce joyería ostentosa que contrasta con la ridícula aseveración de que ella sí es “la señora de la casa”; lo mismo que su acérrima enemiga, Elba Esther Gordillo, quien también asegura vivir dignamente con el sueldo de “pobresor”, mientras exhibe carísimas bolsas y ropa de diseñadores; y que tambien deje de venderse al mejor postor y de manipular al SNTE, ISSSTE y PANAL.
Que Humberto Moreira sea realmente investigado por los ilícitos cometidos durante su gobierno y pague con cárcel, sus fraudulentos actos.
Que Enrique Peña Nieto se dé por lo menos “20 minutos diarios de lectura”, para que no vuelva a olvidar los tres libros que marcaron su vida. Que no le tenga rencor al capo Raúl Padilla y regrese a la FIL, el próximo año, haber si de aquí a entonces leyó por lo menos un libro.
Que tome de manera urgente un intensivo curso de inglés, no fustigue con frases peyorativas, se aprenda el valor del mísero salario mínimo, los precios de las tortillas, leche, arroz, frijol y jitomate; y no confunda a Krauze con Fuentes.
Que Emilio González Márquez, quien fracasó en todo, acepte que no la hizo ni en el gobierno, ni en su quimera presidencial, ni en los Panamericanos, y no ahogue sus penas en tequila.
Que el “cavernal” Juan Sandoval, no se vaya ahora que deje el arzobizpado y mejor se quede, pero en Puente Grande, por ocultar y ser cómplice de actos de pederastía, que él mismo ha confesado conocer.
Que la confusión de Andrés Manuel López Obrador en el costo del pasaje del metro en el D.F. sea el preludio de que lo reducirá ya que sea presidente.
Y por último, que un rayo de luz y esperanza ilumine nuestro país, las conciencias ciudadanas y que la sociedad organizada decida con la fuerza de sus votos, a quienes deban ser los próximos gobernantes, para vivir todos bajo el mismo sol y con la seguridad de que siempre vendrán tiempos mejores, de amor, paz, armonía y felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario