Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2011-07-23 • Acentos
Wikileaks, encueró al Arzobispo de Guadalajara, Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, por lengua suelta, al hacer público que el purpurado solicitó a los Estados Unidos de América, vía un documento redactado en la embajada norteamericana en El Vaticano, ayuda para frenar la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, a la Presidencia de la República en 2006.
Sandoval Iñiguez, manifestó ante el entonces embajador de Estados Unidos en El Vaticano, Francis Rooney, que durante la gestión de López Obrador como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, el crimen y la delincuencia se habría incrementado “considerablemente”, y que su inminente llegada a Los Pinos, sería consecuencia de una preocupante ola de gobernantes izquierdistas que crecía en el continente.
Cínicamente y al más bajo estilo caciquil y defendiendo su feudo, la filtración evidenció el texto que dice “Los Cardenales creen que la población más pobre de Latinoamérica, no entiende los beneficios del libre mercado”, y aún más, señala que la iglesia puede cautelosamente, jugar un importante papel en los propósitos de globalización que arbitrariamente se imponen desde los Estados Unidos de América.
No sorprenden dichas declaraciones, conociendo históricamente el papel que ha jugado la iglesia en el mundo, secuestrada en muchos casos por personajes de baja calaña y doble moral, que han perpetuado imperios e incontables riquezas, a costa de la ignorancia y amenaza de incurrir en pecado; pero también solapando escandalosos casos de pederastia y actos impropios contra menores, hombres y mujeres, escudados siempre tras la sotana y el púlpito. Basta recordar “Los Legionarios de Cristo” y la red de complicidades y delitos cometidos por el tristemente célebre Marcial Maciel, ejemplo claro de la doble cara y bajos instintos con que muchos que se dicen “religiosos” se conducen; pero también la impunidad y corrupción que en la +grey+ católica algunos perpetran, caso concreto, Juan Sandoval, quien lengua suelta como siempre, confesó haber conocido casos y no los denunció, sólo los cambió de adscripción; es decir los castigó eclesiásticamente y eso lo convierte en cómplice, por lo que por tal hecho se encuentra denunciado ante la PGR.
Sandoval Iñiguez, nunca pudo llenar los espacios dejados por ilustres prelados dedicados en cuerpo y alma a la religiosidad, como José Garibi Rivera, José Salazar López e incluso, Juan Jesús Posadas Ocampo, quienes con mayor humildad y convicción se condujeron para honrar su fe y fortalecer la de los católicos. Lo mejor de todo este cochinero, es que Juan Sandoval, quien en vez de ser recordado como Su Ilustrísima, será recordado como Su Hociconsísima, ya se va.
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