Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2011-10-29 • Acentos
Soberana pendejada haber contratado un seguro contra siniestros por 130 millones de dólares y que cubra sólo el 10 por ciento, porque el monto total aplicaría únicamente si el desastre hubiera golpeado a todo el Estado. La misma absurda idiotez de malgastar dinero como lo hicieron con la partida estatal 4603 para apoyo a desastres naturales y que ahora cínicamente buscan “remendar” con la aprobación de una deuda por 900 millones de pesos, para poder cubrir el quebranto financiero.
Miserable la reacción del gobierno de Emilio González Márquez ante el embate de Jova y su menosprecio hacia la tragedia y necesidad de los jaliscienses de la costa, al acudir tardíamente a la zona afectada (5 días después) y retardar 11 días la solicitud para que la Secretaría de Gobernación emitiera la declaratoria de zona de desastre, con lo que se liberarán los recursos del Fonden en la que ridículamente incluyeron 52 municipios, –entre ellos Guadalajara y su área metropolitana–, cuando en realidad son 13 los golpeados, e irónicamente olvidaron Tomatlán, uno de los más afectados.
Para González Márquez, es más importante la fiesta, el tequila y los reflectores de los Panamericanos que encabezar y urgir la ayuda hacia la siniestrada región, porque actúa insensato, insensible y soslayando las gravísimas consecuencias que ha dejado Jova, incluso peores a las de Kena en 2002.
Pero ya no hay que preocuparse porque se acordó que “cuando que terminen los Panamericanos se les donará a los damnificados los colchones, muebles que no sean de cartón, cobijas, almohadas”; y artículos de primerísima necesidad, como “las camisetas de los atletas”; todo bajo la misma tónica desde que inició la tragedia; –hasta que terminen los Panamericanos– con lo que queda claro que las prioridades existen.
Por lo pronto, que la gente siga hacinada en improvisados albergues o en la calle y expuesta a enfermedades e infecciones, durmiendo como pueda y comiendo lo que encuentren o lo que la caridad ciudadana les haga llegar, mientras lo único que ven son sus casas y propiedades derruidas, cultivos, ganado y patrimonios perdidos; sobreviviendo en general entre la tragedia provocada por el embate de la naturaleza y el abandono del indolente y miserable gobierno.
Los Juegos Panamericanos en estricto sentido deportivo han sido relevantes e importantes sobre todo por los triunfos de los mexicanos, quienes han destacado de manera contundente aún a pesar del escaso y a veces nulo apoyo de las autoridades deportivas.
La “cruda” después de la fiesta panamericana no será únicamente el remordimiento de un gobierno que olvidó dolosamente las zonas y población perjudicada por Jova, sino también el excesivo derroche de dinero en inauguraciones, clausuras y “elefantes blancos” como el estadio de Béisbol en Lagos de Moreno o los de Rugby y Softbol en Tlaquepaque, que quedarán en desuso por su equivocada ubicación y apresurada construcción.
La mayoría de los tapatíos sólo pudo presenciar los eventos panamericanos a través de la televisión, con estadios semivacíos producto del acaparamiento y reventa de boletos y otros jaliscienses como los de la costa, ni siquiera eso, porque Jova y su inútil gobierno les negaron esa posibilidad.
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