El ciego apetito electoral de Calderón

Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2009-12-26 • Acentos
Incompleta, retrasada y ventajosa, así se ha calificado a la propuesta de iniciativa de reforma que envió el Ejecutivo federal al Congreso en materia electoral y de gobierno.
Y tienen razón quienes atribuyen malas intensiones al desfasado proyecto calderonista, sobretodo porque poco, muy poco, se ocupa de proponer las mejoras que sin duda son más urgentes en el Poder Ejecutivo para intentar salvar algo de estos últimos años de retroceso para el país.
Al Ejecutivo aún le falta regulación, especialmente para limitar los abusos como los que ha cometido el presidente al designar, desde el inicio de su mandato, a sus amigos en cargos del gabinete donde se requieren los mejores especialistas con el perfil idóneo para ejercer el cargo con autentico beneficio a los mexicanos.
Al designar a sus allegados incapaces e inexpertos, no sólo demerita las secretarías, también retrasa el importante trabajo ejecutivo de las dependencias y además contamina el ejercicio de la administración pública.
El febril apetito electoral de Calderón al perfilar desde el primer día a sus cuadros políticos cuyo único merito es su cercanía con él, le ha provocado conflictos al interior de su partido y la animadversión ciudadana por priorizar sus intereses político-partidistas sobre los del país, tan es así que en el último proceso electoral nacional los mexicanos le cobraron la factura y su partido sufrió un demoledor descalabro que no ha podido asimilar.
Precisamente por estos duros efectos electorales y los desastrosos resultados de su gabinete, especialmente los de seguridad y económico que tienen al país expectante, es que intenta con la propuesta de reforma, desviar la atención en torno a un tema que si bien resulta relevante, no lo es más que realizar un buen trabajo como presidente del país.
Buscando resarcir su inoperancia e improductividad al promover iniciativas ante el Congreso, Calderón propone reformar la ley para que se aplique la afirmativa ficta en el caso de sus iniciativas presentadas y no atendidas, lo que le permitiría asegurarse al menos la atención prioritaria de sus envíos, lo que no significa a ultranza un resultado positivo, es decir, más que generar una mecánica de intercambio respetuoso, ágil y eficiente, la propuesta sólo tiene como objetivo provocar una reacción iracunda de los legisladores y ejercer presión sobre ellos innecesariamente. Cierto que el Legislativo no es lo expedito que se requiere, pero en todo caso, debemos ser los ciudadanos quienes reclamemos y juzguemos con nuestro voto su permanencia.
Justamente, uno de los pocos puntos que se rescatan del paquete, es la posibilidad de reelección inmediata de Diputados y Senadores del Congreso de la Unión, más no así la de presidentes municipales por el riesgo que implica para una demarcación pequeña, como lo son la inmensa mayoría de municipios del país.
Uno de los señalamientos constantes al sistema cameral nacional es la improvisación y falta de perfil de quienes acceden al cargo particularmente de diputado federal, además del corto periodo de tiempo con el que cuentan para empaparse de sus funciones, por ello, la propuesta de reelección resulta viable porque al corto plazo podríamos contar con políticos especializados en materia legislativa que indudablemente favorecería el seguimiento de la agenda y contribuiría a que los asuntos trascendentes no queden olvidados al capricho de cada legislatura.
Por su parte, en los municipios del país, el control que los partidos políticos ejercen sobre las candidaturas, provocaría el retorno legitimado de los cacicazgos que tanto afectan el desarrollo equitativo y el progreso de la sociedad.
salvador@salvadorcosio.org


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