Fuente Ovejuna | Salvador Cosío Gaona
2007-03-10 • Acentos
No obstante su carácter interno, la elección de la dirigencia nacional priísta resulta de impacto general, para el desarrollo y rumbo político del país, considerando la actual distribución partidista de los espacios de gobierno estatales y el acuerdo necesario en las grandes decisiones mas inmediatas y trascendentales para México e incide en la lucha que los grupos políticos realizan para imponer su visión de Estado considerándose cada cual como la expresión de los mexicanos en la búsqueda de tal fin.
Al triunfar en dicha contienda Beatriz Paredes dejó atrás, sepultadas para siempre, las marranadas que en su momento Roberto Madrazo y un grupo de sus fieles seguidores utilizaron para apoderarse inmoralmente de la dirigencia nacional de ese partido e imponer estratégicamente condiciones para arrebatar la candidatura presidencial y además, favorecer las aspiraciones políticas de los más cercanos confortantes del madracismo, pasando por encima de la voluntad de la mayoría de los priístas. El manipuleo desaseado y hasta grotesco de las acciones y rumbo del Partido Revolucionario Institucional le llevaron a la derrota de nueva cuenta en la búsqueda de la Presidencia de la República fracaso que fue concibiéndose desde el momento en que se traicionó la voluntad de sus integrantes continuando con practicas ventajosas y fraudulentas en la elección de candidatos y dirigentes así como el desapego en la búsqueda eficaz del bienestar de los mexicanos que dieron pie a que muchos, al disentir de esto encontráramos espacios en otros partidos.
De haberse evitado ese atropello, los resultados para ese partido en la reciente elección federal y en otras de carácter regional sin duda hubieran sido diferentes.
Es conocido el carácter comprometido y la fortaleza y contundencia ideológica de Beatriz Paredes, de ella depende el lograr que su partido salga del marasmo y se aleje del contubernio con la derecha, que se acabe con el prianismo vergonzante y entonces si, se convierta en un partido de centro progresista, de ideales sociales claros.
Todos los actores políticos de cualquier partido que incidimos en el espectro ideológico antagónico a la ultraderecha deberíamos compartir un proyecto nacional que con las necesarias alianzas estratégicas y coaliciones ofrezca al país una mejor distribución de la riqueza, un desarrollo equilibrado y armonioso, una real justicia, pronta y expedita, una educación libre y auténticamente gratuita y generalizada, una distribución equitativa de la carga impositiva y un gobierno cercano a la gente, que busque y logre mayor seguridad y mejor calidad de vida.
No obstante la pertenencia a diferentes institutos políticos, existen coincidencias en ideas constructivas y en el anhelo por un país diferente, la nación próspera y segura que deseamos la mayoría de los mexicanos y compartimos además la convicción en cuanto a que el régimen de la derecha no produce las mejores condiciones para el desarrollo económico, político y social de nuestra gran nación y que por supuesto, no es la vía adecuada para la consolidación del liderazgo de México en relación a muchas otras naciones del orbe.
Habrá que estar atentos a la propuesta y el escenario que generará la llegada de un nuevo liderazgo a un partido que sin duda aún tiene mucha importancia para el país si actúa con inteligencia y altura de miras, si es capaz de evitar anteponer el interés grupal al de la nación, si entiende y atiende adecuadamente sus fortalezas y debilidades regionales y provocar ese reencuentro de fuerzas progresistas que trabajando hacía un mismo objetivo sociopolítico logre la recuperación nacional.
Lo he señalado en diversas ocasiones, la unidad estratégica de alianzas y coaliciones, así como de personajes de centro izquierda es factible en nuestro país para lograr darle a los mexicanos una aspiración superior.
salvador@salvadorcosio.org
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